Hospital de Santa Creu i Sant Pau 5 (2)

Hospital de Santa Creu i Sant Pau 5 (2)

En el mismo barrio donde se encuentra la Sagrada Familia (y el muuuuy recomendable RARO, del que ya te hablamos y podrás ver en este link), a muy pocas calles, se encuentra otra de las grande obras modernistas de ese período: el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.

Este hospital es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y es obra de otro gran arquitecto que dio el Modernismo catalán. Su nombre era Lluís Domènech i Montaner

El primer Hospital de la Santa Creu se encontraba en el barrio del Raval, y se comenzó su construcción en 1401, unificando los seis hospitales que había en Barcelona hasta aquel momento, en uno solo. Será el hospital público de la ciudad por casi 500 años. Pero para 1926 será insuficiente para una Barcelona moderna, por lo que se inicia el proyecto de este nuevo hospital, que hoy se encuentra a sólo 10 minutos a pie de la Sagrada Familia.

En 1902 se colocó la primera piedra y la inauguración de las nuevas instalaciones llegaría en 1930. Al nombre original de la Santa Creu se le agrega el Sant Pau, en este nuevo recinto, debido al aporte y legado del banquero Pau Gil que permitirá la construcción de este hospital.

En el año 2009, la actividad sanitaria se trasladará a unas instalaciones más modernas, en el extremo norte de este conjunto arquitectónico.

Y hoy el Hospital de Sant Pau, como lo conocen los locales, es un museo más que interesante para adentrarse en el mundo modernista, pero también en los nuevos conceptos de medicina de principios del siglo XX.

El proyecto original

Se concibió como un espacio que pudiese albergar todos los servicios en sí mismo y poder estar aislado de la ciudad. De hecho, en los años de su construcción, el hospital estaba alejado del centro de Barcelona y esta zona era un destino de excursión los días domingos. Por eso fue proyectado con calles, jardines, una iglesia y hasta un convento.

Debía ocupar unas 9 manzanas, con un edificio central donde se realizaban las tareas de Administración del hospital. Luego se desarrollan unos 27 pabellones de tareas médicas y enfermería. Todos los edificios están unidos por galerías subterráneas, para trasladar a los enfermos, y que se unían en el centro de todo: el pabellón quirúrgico.

El arquitecto además, pondrá especial atención en el aprovechamiento de la luz natural y del aire puro, pensando en que la recuperación de un paciente no tiene sólo relación con la atención médica. También está influida por la luz, el color, el aire puro y la belleza de un jardín.

De ahí que las alas de internación contaran con techos y paredes delicadamente decorados y con un espacio similar a un jardín de invierno, para que los enfermos pudiesen estar rodeados de belleza, incluso en medio de su reclusión. 

Si te apasiona la arquitectura, la medicina o simplemente, te gusta mucho disfrutar de la belleza de un edificio increíble, no dejes de darte una vuelta por el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau, tan cerca de la Sagrada Familia, que es una pena perder la oportunidad.

Los une la Av. Gaudí, un paseo arbolado y lleno de oferta gastronómica, donde te encontrarás con muchos vecinos del barrio que disfrutan de este espacio público. 

El Recinto Modernista de Sant Pau tiene visitas libres (no gratuitas, libres, que significa que se hacen sin un guía), de lunes a sábado todo el día, y domingos y festivos el cierre es a las 15hs. De todas formas, como los horarios pueden variar según la temporada, te sugerimos chequearlo en la web oficial del hospital. También hacen visitas guiadas, en horarios especiales según el idioma. Te dejamos la web y allí también podrás consultar los precios de los tickets.

https://www.santpaubarcelona.org/es/visitas/horarios-y-tarifas

Y este es EL tip: si estás en Barcelona el primer domingo de cada mes, podrás disfrutar de este magnífico museo de forma gratuita. Sólo te recomendamos reconfirmar el horario (e incluso reservar la entrada online sin coste) en la web del Hospital, para más seguridad, en caso de que haya cambios en el futuro.

HOY VAMOS A: RARO (SAGRADA FAMILIA) 0 (0)

HOY VAMOS A: RARO (SAGRADA FAMILIA) 0 (0)

A poco más de 200mts del ícono de Barcelona, la Sagrada Familia, se encuentra Raro (Carrer de Roselló 407): un antibistro donde la cerveza checa bien tirada, la deliciosa comida a muy buen precio y la extraordinaria buena onda de sus dueños, convierten a este lugar en una excelente parada antes o después de la visita obligada a la obra de Gaudí. 

https://youtu.be/kcFE7tH2bDo

Si sos de los que quieren saber un poco más, no dejes de hacer click sobre la Sagrada Familia y el Hospital de Sant Pau, para tener más info.

Este hallazgo se remonta a la época en que vivíamos cerca de la Sagrada Familia.

Hacía calorcito y volvíamos caminando desde nuestros trabajos llenos de un buen humor auspiciado por el clima y la buena vibra de la ciudad; y adaptados como estamos a ciertas costumbres españolas, decidimos parar en un bar para un par de cervecitas antes de encerrarnos en casa.

Y ahí lo vimos. Pequeño, bien decorado y con su cartel de nombre arriesgado para un local de comidas «RARO».

Enseguida quedamos seducidos por la pequeña barra que da la calle, nos sentamos en las dos banquetas altas que se ofrecían sin disimulo y pedimos lo que estábamos buscando: un par de copas de cerveza bien frías. 

Qué buena sorpresa

Nomás llegar a la puerta, hicimos un descubrimiento importante: aquí no sólo había cerveza, aquí además la cerveza era Urquell.

La primera pilsner del mundo. Checa; que ya es toda una declaración de intenciones (y en este caso, con esta cerveza la intención es dorada, fresca, refrescante, deliciosa, excelente).

La experiencia de beber una Urquell se hace más intensa (si cabe) si es servida en ese vaso bien frío, y por un checo. En este caso se trata de Radim, uno de los dueños, que enseguida nos atendió con mucha simpatía.

Como somos gente de hablar (bastante), en seguida nos encontramos contándonos aventuras y desventuras, y así nos enteramos que Radim hacía años que vivía en Barcelona, que habían abierto con Rocío, su pareja (una encantadora chica argentina), este «antibistró» al que llamaron Raro hacía algunos meses.

Después de haber trabajado ambos en hostelería durante muchos años, sintieron que era el momento de encarar un proyecto propio, y nosotros junto con todos sus clientes se los agradecemos, porque todo lo que sirven está buenísimo.

Raro???

El nombre “Raro”, nace de la combinación de sus nombres; “Ra” por Radim, “Ro” de Rocío y nosotros creemos que también es un juego de palabras porque puede entenderse que lo raro es encontrar una combinación tan buena de calidad, servicio y buen precio.

Este negocio era su oportunidad para acercar a la gente lo que sabían hacer muy bien: cocinar y atender a sus clientes, en su propio espacio, con sus propias ideas y sabores. Sabores que recuerdan a Argentina, a Rep. Checa y también españoles. Todos se combinan para darnos platos sabrosos, generosos y a un precio más que asequible.

Y así nos conquistó: calidez y buena cerveza. Al tiempo, volvimos a probar sus comidas. Y cada vez nos sorprendieron con productos frescos, cocinados con dedicación y cariño, preciosamente presentados. Y ya se convirtieron en parte de nuestra rutina semanal. Y por qué no decirlo, también en amigos.

Raro tiene mucho para ofrecer: empezando por las bebidas. De verdad, es un placer poder tomar Urquell tirada y bien fría en el medio de Barcelona. El cuidado por la calidad del producto es clave para garantizar una buena cerveza.

Pero si esto no es lo tuyo, hay de todo: muy buen café, ricas variedades de tés, vinos, gin tonic, un gazpacho premiado a nivel nacional (que sirven en verano)  y si te das una vuelta en pleno invierno, un vino caliente especiado que te saca el frío y reconforta deliciosamente.

La carta de Raro no es demasiado extensa, tampoco es siempre la misma. Sus dueños buscan ir descubriendo nuevos sabores y propuestas, para acercar a sus clientes.

Hay una muy buena selección de entrantes, para compartir o picar. Los chips de boniato caseros  con su aliño, o el hummus de zanahoria, son fantásticos.

Después llegan los platos principales: variedades de bocadillos, y su gran estrella: la hamburguesa con 200grs de carne, un pan fresco y esponjoso, queso brie, bacon, cebolla, tomates secos, rúcula y canónigos, acompañada de patatas fritas. En pocos lugares hemos podido saborear una hamburguesa tan rica y con semejante contundencia. Y sobre todo, al precio que lo ofrecen en Raro. Increíble.

Para aquellos argentinos nostálgicos, también hay variedad de empandas y una milanesa generosa en su menú.

Postres y despedida

Ojo, cuidado con llenarse antes de que llegue el postre!

Porque la pastelería que hace Rocío merece que nos guardemos un lugarcito final para disfrutarla. Puede variar todos los días: el brownie, una cheescake, galletas, carrotcake o el red velvet… el que encuentres disponible ese día, no dejes de probarlo.

Debo confesar que los dulces no son mi fuerte, empalagarme es algo habitual. Pero Rocío y sus dulces se han ganado un lugar en mi corazoncito.

El sabor de lo casero y hecho con pasión nunca defrauda. 

Y cuando crees que todo está terminado, que la experiencia fue genial y estás listo para dormirte una siesta, llega el mejor cierre, compartido con sus dueños. Porque eso es lo que hace de Raro un lugar muy especial: el sentirte en casa, con amigos.

Rocío y Radim, generosos y atentos con su gente, te invitan ese último chupito de un destilado de cerezas, bien checo y bien frío, que te hace comprender del todo el concepto de hospitalidad, y que te invita a repetir la visita siempre. 

Si querés disfrutar de este imperdible a la vuelta de Sagrada Familia, te dejamos sus datos:

RARO ANTI-BISTRÓ

Carrer de Roselló 407 bis, Sagrada Familia, Eixample

Teléfono 930 27 58 05

Horario: de Miércoles a Lunes de 12.00hs a 23.00hs

Link: Instagram / Facebook

El Pan con Tomate 5 (2)

El Pan con Tomate 5 (2)

Hay una situación que se repite siempre en bares y restaurantes en Cataluña.

Comienza con el pedido de los platos o tapas a compartir, el camarero o camarera toma nota de todo, y antes de irse hace la pregunta infaltable: «¿y pan con tomate?»

Y frente a pregunta tan sencilla, siempre hay una sencilla respuesta: Sí!

No puede faltar nunca una ración de pan con tomate en las mesas catalanas, básicamente por dos razones: es riquísimo y barato!

Si bien hoy es un plato que todo el mundo disfruta, su origen es muy humilde. De hecho, aunque en algunos restaurantes ofrezcan maneras refinadas de degustarlo, el origen del pa amb tomaquet (bien dicho en catalán), estuvo lejísimo de cualquier refinamiento.

Son los pagesos catalanes (los campesinos de estas tierras) los que desarrollaron esta idea, hoy tan popular. 

Dos siglos atrás.

Imaginemos la vida en el campo hace más de 200 años. Nadie pensaba en el pan como un producto industrializado como hoy, esto llegará recién a fines del siglo XIX.

En aquellos años, el pan se hacía una vez a la semana.

Y no en una pequeña barra. No, no. Era una hogaza muy grande, pensada para ser consumida durante días. Y todos sabemos lo que pasa con el pan luego de unos días: se endurece y casi es imposible de comer

Y esto era algo con lo que lidiaban quienes trabajaban todo el día fuera de casa. Por las tardes, luego de muchas horas de esfuerzo en el campo, los pagesos merendaban para poder aguantar el hambre hasta la hora de la cena. Y qué tenían a mano?

Pan. Duro. Imposible de masticar.

Así que tomaban el tomate, lo cortaban en dos y los frotaban contra la rebanada de ese pan. Los jugos del tomate lo ablandaban y también le daban sabor. Una fantástica solución, ¿no creen?

Por eso, gracias a una necesidad muy básica y al hambre de estas personas, nace una tradición que hoy está más viva que nunca.

Receta del Pa amb Tomaquet

El mejor pan, el más típico para comer un buen pa amb tomaquet, es el pan de Pagés. Ese pan de aspecto bien rústico, generado a partir de masa madre, que se corta en rebanadas grandes y se tuesta.

Sobre cada rebanada tostada se frota el tomate: idealmente debería ser tomate de “penjar”, de colgar, que se caracteriza por tener una pulpa suave que impregna bien el pan al restregarlo. 

Luego llega la sal y, finalmente, el aceite de oliva en buena cantidad, rebosando ese pan y dando el toque final perfecto.

Y quienes hayan estado en España saben que el aceite de oliva es una garantía de sabor y aroma inmejorables.

Una aclaración: puede ocurrir que en algún bar te traigan los ingredientes para que te “autogestiones” tu pan con tomate. Entre los ingredientes, encontrarás también ajo. Si te gusta, es cuestión sólo de pelarlo y frotar el diente contra el pan, antes del tomate.

Un tip: sólo un poco, no te entusiasmes demasiado con el ajo, porque puede quedar muy fuerte y tapar los sabores del tomate y el aceite, los grandes protagonistas de este manjar.

Y ahora, a hincarle el diente! A que está rico?

Fácil de hacer, delicioso y con ingredientes simples. O sea, la fórmula perfecta para que el pa amb tomaquet sea un éxito, y por eso se seguirá disfrutando por mucho tiempo más.

Imagen portada: Tombpelcatala

El Fuet 4.5 (2)

El Fuet 4.5 (2)

El origen del fuet puede remontarse hasta hace casi 5000 años atrás. Ya los íberos, los primeros habitantes de estas tierras, utilizaban la técnica de fermentación junto con el secado de la carne, pero serán los romanos sus grandes consumidores. Y la popular “lucanica”, nombre en latín que la definía en aquella época,  será la que dará nombre a la “llonganissa” catalana, hermana mayor del fuet

Nacido en Cataluña, el significado de la palabra “fuet” es “látigo”, esa varilla o cuerdecita atada a un mango para golpear caballos o mulas. Pero también es el nombre de este embutido curado tan famoso y típico catalán, cuya forma delgada y alargada (un grosor de entre 1 y 2 dedos), recuerda lejanamente la forma de un látigo.

¿Cómo está hecho el fuet?

Todo empieza con carne magra de cerdo, picada más o menos fina, que luego se adoba con sal y pimienta negra. Posteriormente, se embute en una tripa delgada y se cura. El tiempo de maduración oscila entre 3 semanas y un mes. 

Si hay algo que distingue al fuet es esa piel natural de color blanco que lo recubre; y se da como resultado del proceso de fermentación. Gracias al cual se generan los hongos que ayudan a mejorar el sabor final.

Ahora llega la gran pregunta: ¿se come con o sin piel?

Y la respuesta sería: Depende.

De qué? Básicamente, del origen de la tripa en la que se embute la carne. Si es natural, es decir, la propia tripa de la carne, se puede comer sin problema. 

No sería tan recomendable si la tripa es sintética, lo cual es bastante habitual en los fuets de producción industrial. 

El fuet es único.

Pues sí, es verdad, su sabor es único, pero variedades hay muchas, y esto tiene que ver con el microclima donde se desarrolla el fuet.

Los de montaña, por ejemplo, son más secos. Los de zonas bajas o más húmedas (como el famoso de Vic), presentan el moho que mencionamos anteriormente. 

Pero independientemente de su precedencia los mejores serán los artesanales, siempre.

Se pueden conseguir en cansaladerías, charcuterías o carnicerías. Sin aditivos, sólo la carne, la sal y la pimienta. No se necesita más para hacer un gran fuet. 

Ahora, si ya te hiciste de tu fuet, recodar siempre lo siguiente: nunca se guarda en la nevera.

Lo ideal es conservarlo colgado en un sitio fresco y aireado, sobre todo si es artesanal. Y al consumirlo, se debe cortar al bies (en diagonal). Algunos lo hacen muy fino, otros más grueso que la longaniza, pero siempre va muy bien acompañado de pan o «pan con tomate» e incluso en bocadillos. 

Ahora sí, llegó el momento de comerlo. Así que… Bon profit!

HOY VAMOS A: TASCA EL CORRAL (Barrio Gótico) 5 (1)

HOY VAMOS A: TASCA EL CORRAL (Barrio Gótico) 5 (1)

En pleno Carrer Mercé del Barro Gótico, se encuentra Tasca El Corral (Carrer de la Mercé 17), una taberna donde tapas llenas de sabor y uno de los vermut caseros a mejor precio de Barcelona, son los protagonistas.

Noche de invierno en Barcelona

Esta visita nos toca hacerla una típica noche de invierno catalana, que iniciamos con ganas de salir a comer algo rico por el Casco Antiguo de la ciudad.

Pensándolo y repensándolo, no se nos ocurre mejor plan que dar una vuelta por TASCA EL CORRAL, en pleno Barrio Gótico, sobre el Carrer Mercé. Un lugar de los que nunca falla, donde siempre te sentís bien recibido y hay garantía de buen beber y comer.

Basta con llegar a su puerta (más bien portón) de madera pesada y oscura, y ver a través de los vidrios una taberna que parece viajar en el tiempo, para darse cuenta que es un lugar para conocer y probar. Y no es sólo una cuestión estética: Tasca El Corral es parte de esta calle y el barrio desde hace más de 40 años.

Sus paredes lo demuestran: están llenas de imágenes antiguas, banderines, platos decorados y objetos curiosos, que le dan una calidez y un ambiente más que especial. Un ambiente que se enquista en las tradiciones cuando se nos revela con jamones que cuelgan del techo, o con la barra cubierta por quesos, olivas, chorizos, embutidos… y como no podía ser de otra manera, rodeados de una buena variedad de botellas.

Sólo queda buscar una mesa, sentarnos en sus bancos de madera bien rústicos (que no son de lo más cómodos y firmes que puedas encontrar), y empezar a disfrutar.

¿Un vermucito?

Y cómo no, el pedido inicial debe ser el Vermut.

Pidiendo un vaso, o por qué no, una botella entera, notarás tres cosas que te alegrarán. Primero, que el vermut de Tasca el Corral es casero, segundo que es muy rico… y tercero que está a muy buen precio!!

Por supuesto, si sos más de cerveza, o vino, acá se puede pedir lo que quieras. En esta tasca, el alcohol no falta, y el ambiente empieza a armarse.

Si hay algo que se da mucho en este lugar, son las reuniones de grupos de amigos.

El local es una gran «L» y en su segunda parte, pasando el baño, es donde se encuentra el salón con más mesas. Verás que estas son largas y espaciosas, por lo que invitan a juntadas memorables.

Si te toca un día de mucho ambiente, podrás sentarte con gente que ni conoces mientras disfrutas de la música de algún grupo de artistas, que animados por la bohemia, tocan y cantan para divertirse y deleitar a todos los presentes.

Por eso en este bar no es extraño estar rodeado de celebraciones, cumpleaños, despedidas de soltero o cualquier evento que reúna gente con ganas de divertirse y brindar. Y ya que hablamos de brindar, otros alcoholes que salen mucho por estas mesas son la leche de pantera o la sidra escanciada, algo muy típico asturiano, pero que también se disfruta por estas tierras. 

Pink Panther

Si en este momento te estás preguntando qué es la leche de pantera, ahí van algunos datos.

Se trata de un cóctel muy español, famoso en los años 70, que contiene dos ingredientes básicos y principales que son leche y ginebra, aunque algunos pueden usar leche condensada para hacerlo más espeso e interesante.

Hay variedades que incluyen además, clara de huevo y canela, y en realidad, la mayor parte de los bares que sirven este trago tiene su receta.

Aquí, en Tasca El Corral, se sirve uno bien rosado, que nos hace pensar más en el mítico dibujo animado. A diferencia de aquél, esta panera rosa no es apta para niños!

Y ahora a comer un poco

Llegado el vermut a la mesa, ahora sólo nos queda pedir la comida.

En el menú verás que se puede elegir entre una variedad de tapas frías o calientes (jamón ibérico, variedad de quesos, la infaltable tortilla, morcilla, chorizo y más) y torradas (tosta de pan de Pagés con diferentes ingredientes, como atún, anchoas, quesos, pimientos, etc.).

Nosotros no dimos muchas vueltas, y pedimos unos clásicos: chorizo a la diabla, tortilla de patata de toda la vida y dos catalanes que nunca pueden faltar: tapa de fuet y el pan con tomate!

Si sos de los que quieren saber un poco más, no dejes de hacer click sobre el Fuet y el Pan con Tomate, para tener más info.

Los platos fueron llegando a la mesa, y los aromas y sabores nos conquistaron con velocidad y sin esfuerzo. La suavidad de la tortilla calentita y jugosa, el fuet catalán que nunca defrauda (bueno, al menos nunca nos defraudó en Tasca el Corral), el pan, que siempre acompaña perfectamente… pero el que impacta más, sin dudas, es el chorizo a la diabla.

El simple ritual de encender el fuego y quemarlo en la mesa, ya es tentador. Con paciencia, se mueve el chorizo con un cuchillo para asegurar que el alcohol se evapore y el producto absorba todo el sabor. Queda crocante por fuera, el aroma es increíble y su sabor intenso es algo que no podés dejar de probar.

Ambiente joven y muy buena vibra

Todo lo que pasa en Tasca El Corral tiene buena energía, linda vibra: desde el personal que te atiende, amable y bien predispuesto siempre, hasta los clientes, que siempre están pasándoselo bien.

Si hasta las puertas de los servicios hablan de la conexión entre la tasca y sus visitantes. Cuando te acerques verás que están cubiertas de fotos carnet de todos los que pasan por allí. Así que si tenés ganas de dejar tu marca en este lugar, no dudes en llevar la tuya.

Y al pagar en la barra, hasta las propinas son divertidas: hay que embocar las monedas en un zapato antiguo, que cuelga de la pared detrás de la barra. Prueba algo difícil de superar después de beber como se debe en Tasca El Corral.

Si querés disfrutar de este clásico de Barcelona, te dejamos sus datos:

TASCA EL CORRAL

Carrer de La Mercè 17, Barrio Gótico

Teléfono 933 15 20 59

Horario: de lunes a domingo de 13.00hs a 02.00hs

Sábados y domingos el cierre es a las 02.30hs

Link: Web / Facebook

El Entorno

Tasca El Corral se ubica en el Barrio Gótico, la zona de nacimiento de Barcelona y hoy centro turístico obligado de la ciudad. Y la calle es Carrer de la Mercè, que tiene mucha vida, más que nada vida nocturna.

Es una calle para tener en cuenta porque tiene una variada oferta de bares y restaurantes, que la convierten en un muy buen destino para los que buscan un poco de movida en las noches de Barna.

El nombre le viene del antiguo barrio de la Mercè, llamado así porque contenía el convento del mismo nombre, cuya iglesia más tarde se convertiría en parroquia.

El primer convento de la Orden de la Mercè se instaló a mediados del siglo XIII (donde hoy está la Capitanía General); y hoy podemos ver la iglesia, que se acabó de construir durante el siglo XVIII con su cúpula rematada con la imagen de la Virgen de la Mercè (elemento icónico del skyline de Barcelona) muy cerca de Tasca el Corral.

Un dato interesante para los cinéfilos: el film “El Perfume” fue filmado mayoritariamente en Barcelona y la Plaça de la Mercè fue uno de sus escenarios: allí es donde nace el protagonista, Jean-Baptiste, bajo el mostrador de la venta de pescado del mercado parisino Rue aux Fers. 

Las calles del barrio supieron ser una de las zonas de residencia de la aristocracia barcelonesa durante el siglo XVIII, y algunos de los edificios de la zona son el testimonio de ello.

Si te gusta mucho la arquitectura, y estás dando vueltas por el barrio, te dejamos este dato: caminá hasta el Carrer Ample (la primer calle paralela a carrer de la Mercè, hacia la montaña) y buscá en el número 28 el Palacio Sessa-Larrard, construido entre 1772-1778 por el arquitecto Josep Rivas i Margarit.

En ese momento, se convierte en la casa para el Virrey de Cataluña y Duque de Sessa. El segundo nombre, Larrard, llegará cuando compre el inmueble Joan de Larrard, en 1799, banquero acomodado y cónsul de Dinamarca. Hoy es una escuela, pero su presencia nos cuenta  que en aquellos años, esta calle Ancha (de ahí su nombre) era el lugar donde se construyeron caserones y palacios de las familias más acaudaladas de la ciudad.

Y este es nuestro artículo sobre Tasca el Corral. Esperamos que te hayamos despertado las ganas de probar lo que ofrece esta gente, que sirvan los datos que te dejamos para que visites este fantástico lugar y que nos comentes sobre tu experiencia al probar sus tapas y bebidas.

Saludos y buena vibra!

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