A poco más de 200mts del ícono de Barcelona, la Sagrada Familia, se encuentra Raro (Carrer de Roselló 407): un antibistro donde la cerveza checa bien tirada, la deliciosa comida a muy buen precio y la extraordinaria buena onda de sus dueños, convierten a este lugar en una excelente parada antes o después de la visita obligada a la obra de Gaudí.
Si sos de los que quieren saber un poco más, no dejes de hacer click sobre la Sagrada Familia y el Hospital de Sant Pau, para tener más info.
Este hallazgo se remonta a la época en que vivíamos cerca de la Sagrada Familia.
Hacía calorcito y volvíamos caminando desde nuestros trabajos llenos de un buen humor auspiciado por el clima y la buena vibra de la ciudad; y adaptados como estamos a ciertas costumbres españolas, decidimos parar en un bar para un par de cervecitas antes de encerrarnos en casa.
Y ahí lo vimos. Pequeño, bien decorado y con su cartel de nombre arriesgado para un local de comidas «RARO».
Enseguida quedamos seducidos por la pequeña barra que da la calle, nos sentamos en las dos banquetas altas que se ofrecían sin disimulo y pedimos lo que estábamos buscando: un par de copas de cerveza bien frías.
Qué buena sorpresa
Nomás llegar a la puerta, hicimos un descubrimiento importante: aquí no sólo había cerveza, aquí además la cerveza era Urquell.
La primera pilsner del mundo. Checa; que ya es toda una declaración de intenciones (y en este caso, con esta cerveza la intención es dorada, fresca, refrescante, deliciosa, excelente).
La experiencia de beber una Urquell se hace más intensa (si cabe) si es servida en ese vaso bien frío, y por un checo. En este caso se trata de Radim, uno de los dueños, que enseguida nos atendió con mucha simpatía.
Como somos gente de hablar (bastante), en seguida nos encontramos contándonos aventuras y desventuras, y así nos enteramos que Radim hacía años que vivía en Barcelona, que habían abierto con Rocío, su pareja (una encantadora chica argentina), este «antibistró» al que llamaron Raro hacía algunos meses.
Después de haber trabajado ambos en hostelería durante muchos años, sintieron que era el momento de encarar un proyecto propio, y nosotros junto con todos sus clientes se los agradecemos, porque todo lo que sirven está buenísimo.
Raro???
El nombre “Raro”, nace de la combinación de sus nombres; “Ra” por Radim, “Ro” de Rocío y nosotros creemos que también es un juego de palabras porque puede entenderse que lo raro es encontrar una combinación tan buena de calidad, servicio y buen precio.
Este negocio era su oportunidad para acercar a la gente lo que sabían hacer muy bien: cocinar y atender a sus clientes, en su propio espacio, con sus propias ideas y sabores. Sabores que recuerdan a Argentina, a Rep. Checa y también españoles. Todos se combinan para darnos platos sabrosos, generosos y a un precio más que asequible.
Y así nos conquistó: calidez y buena cerveza. Al tiempo, volvimos a probar sus comidas. Y cada vez nos sorprendieron con productos frescos, cocinados con dedicación y cariño, preciosamente presentados. Y ya se convirtieron en parte de nuestra rutina semanal. Y por qué no decirlo, también en amigos.
Raro tiene mucho para ofrecer: empezando por las bebidas. De verdad, es un placer poder tomar Urquell tirada y bien fría en el medio de Barcelona. El cuidado por la calidad del producto es clave para garantizar una buena cerveza.
Pero si esto no es lo tuyo, hay de todo: muy buen café, ricas variedades de tés, vinos, gin tonic, un gazpacho premiado a nivel nacional (que sirven en verano) y si te das una vuelta en pleno invierno, un vino caliente especiado que te saca el frío y reconforta deliciosamente.
La carta de Raro no es demasiado extensa, tampoco es siempre la misma. Sus dueños buscan ir descubriendo nuevos sabores y propuestas, para acercar a sus clientes.
Hay una muy buena selección de entrantes, para compartir o picar. Los chips de boniato caseros con su aliño, o el hummus de zanahoria, son fantásticos.
Después llegan los platos principales: variedades de bocadillos, y su gran estrella: la hamburguesa con 200grs de carne, un pan fresco y esponjoso, queso brie, bacon, cebolla, tomates secos, rúcula y canónigos, acompañada de patatas fritas. En pocos lugares hemos podido saborear una hamburguesa tan rica y con semejante contundencia. Y sobre todo, al precio que lo ofrecen en Raro. Increíble.
Para aquellos argentinos nostálgicos, también hay variedad de empandas y una milanesa generosa en su menú.
Postres y despedida
Ojo, cuidado con llenarse antes de que llegue el postre!
Porque la pastelería que hace Rocío merece que nos guardemos un lugarcito final para disfrutarla. Puede variar todos los días: el brownie, una cheescake, galletas, carrotcake o el red velvet… el que encuentres disponible ese día, no dejes de probarlo.
Debo confesar que los dulces no son mi fuerte, empalagarme es algo habitual. Pero Rocío y sus dulces se han ganado un lugar en mi corazoncito.
El sabor de lo casero y hecho con pasión nunca defrauda.
Y cuando crees que todo está terminado, que la experiencia fue genial y estás listo para dormirte una siesta, llega el mejor cierre, compartido con sus dueños. Porque eso es lo que hace de Raro un lugar muy especial: el sentirte en casa, con amigos.
Rocío y Radim, generosos y atentos con su gente, te invitan ese último chupito de un destilado de cerezas, bien checo y bien frío, que te hace comprender del todo el concepto de hospitalidad, y que te invita a repetir la visita siempre.
Si querés disfrutar de este imperdible a la vuelta de Sagrada Familia, te dejamos sus datos:
RARO ANTI-BISTRÓ
Carrer de Roselló 407 bis, Sagrada Familia, Eixample
Teléfono 930 27 58 05
Horario: de Miércoles a Lunes de 12.00hs a 23.00hs
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