ARC DE TRIOMF 5 (5)

ARC DE TRIOMF 5 (5)

Icono de Barcelona, es uno de los monumentos más fotografiados de la ciudad. 

Hoy es el acceso al Passeig Lluís Companys, un lugar lleno de vida. Pero el Arc de Triomf o Arco del Triunfo fue la gran puerta de la Expo Universal que se realizó en Barcelona en 1888.

Para que nos hagamos una buena idea de la importancia de esto, debemos entender que las expos universales eran grandes acontecimientos a fines del siglo XIX.

Que tu ciudad fuera elegida como sede significaba varias cosas: primero, era la mejor manera de poner en el mapa a la ciudad, y eso era muy importante en este «nuevo» mundo moderno. Segundo, permitía mostrar todo el potencial industrial, económico, científico y artístico del país. Y tercero, era una gran fuente de futuras inversiones extranjeras y recursos económicos para la ciudad.

El Arco del Triunfo se construye con la idea de que sea una impactante puerta de entrada al paseo que culminaba en el Parc de la Ciutadella; el definitivo ingreso a la Expo.

Fue una gran oportunidad para apoyar el Modernismo, que era un movimiento principalmente arquitectónico que surgía en aquellos años en Barcelona. Y de la primera etapa de este movimiento, es este Arco del Triunfo, que recupera elementos neomudéjares.

Su arquitecto fue Josep Vilaseca.

Algunos datos del Arc de Triomf

El Arco del Triunfo tiene unos 30 metros de altura, y si bien la estructura es de proporciones clásicas, la profusión de detalles, el color y la decoración lo acercarán a la vistosidad del modernismo catalán.

El ladrillo es el material que lo caracteriza, e incluso lo destaca en comparación con la gran mayoría de arcos de triunfo que puedan ver en Europa. Aunque no sólo eso, porque cabe destacar que el resto de los arcos de triunfo se construyeron para conmemorar victorias importantes o a grandes generales de la historia, pero en este caso, como ya explicamos, este arco del triunfo se construye para dar una entrada espectacular a la exposición universal de 1888. Cuestión que nos da una idea de la importancia que tiene para Barcelona (y Catalunya) el comercio, la industria y las ciencias.

Siguiendo con la descripción podemos observar que destacan varios elementos escultóricos y frisos en ambas caras del arco.

La cara que da al Passeig Sant Joan, en su sección central superior contiene el friso que daba la bienvenida a los visitantes, llamado “Barcelona recibe a las naciones” del escultor catalán Josep Reynés.

El lado opuesto cuenta con el friso llamado “Reparto de recompensas a los participantes de la Exposición” del reconocido escultor Josep Llimona.

En los laterales del Arco del Triunfo podrán ver profusas decoraciones, entre las que destacan sobre uno de los lados las alegorías de la Industria, la Agricultura y el Comercio; y en el otro las de las Ciencias y las Artes. Además, en los contrafuertes verán «famas» que son las estatuas de figuras aladas y fueron esculpidas por los artistas Manuel Fuxà y Pere Carbonell.

En la curva del arco está el escudo de Barcelona, flanqueado por los escudos de las 48 provincias españolas

El Paseo Lluís Companys

El Passeig Lluís Companys, conserva las farolas modernistas diseñadas por Pere Falqués (el mismo de las farolas del Passeig de Gràcia o de la Av. Gaudí) y era el recinto de entrada a la Expo Universal de 1888. Las farolas combinan piedra y hierro, y al igual que en el diseño de las farolas de Passeig de Gràcia, también hay asientos en la base.

En su diseño original, el paseo estaba flanqueado por estatuas de figuras importantes de la historia catalana. Durante la Guerra Civil las estatuas fueron removidas y sólo han quedado dos de ellas: la de Antoni Viladomat (pintor catalán) y la de Roger de Lluria (navegante catalán), que se ven al final del paseo, justo enfrente del ingreso al parque.

La tercer escultura que pueden ver en el final del paseo, en medio de las dos ya nombradas, corresponde a Rius i Taulet, quien fue alcalde de Barcelona en los años de la Expo y un gran impulsor del proyecto. La obra es de Pere Falqués y Manuel Fuxá, con la colaboración de Eusebi Arnau en la figura que representa a Barcelona.

En la base de esta escultura se observan 4 escudos que representan las 4 obras más importantes de la gestión de Rius i Taulet:

  • la Exposición Universal;
  • el Parc de la Ciutadella;
  • el Monumento a Colón y
  • la Gran Vía de las Cortes Catalanas.

Ascendiendo surge un obelisco donde se encuentra el busto del alcalde y dos figuras femeninas que simbolizan el Trabajo y Barcelona. En la parte posterior hay tres genios que representan la Industria, la Ciencia y el Arte.

También al final del paseo, justo antes de llegar a las tres estatuas, hay un mapa pintado en el suelo que recrea la Barcelona del 1714.

Tiene unos 200 metros cuadrados y en él se pueden ver dos planos, superpuestos. Uno actual y el otro, de 1714, donde se señalan los puntos o lugares que han desaparecido o fueron alterados luego de la Guerra de Sucesión y el Sitio de Barcelona, y a lo largo de los últimos 300 años.

El mapa se conoce como el “Mapa Tricentenari BCN” y si llegás hasta él, podrás obtener información adicional de la ciudad a principios del siglo XVIII, podés hacer uso de una aplicación disponible en móviles y tabletas.

El Palacio de Justicia

Un edificio que llama mucho la atención de quienes pasean por aquí es el Palacio de Justicia; un hermoso edificio, de estilo ecléctico, proyectado por Enric Sagnier y Josep Domènech i Estapà a finales del siglo XIX e inaugurado en 1908.

Es uno de los primeros edificios monumentales de la ciudad, que combina el uso de la piedra, que da la idea de solidez y del peso de la justicia, junto con el hierro, el material que representaba mejor la época moderna que se estaba viviendo.

Fuentes: Barcelona.cat / UB.edu / OldBCN / Wikipedia / enricsagnier.com / justicia.gencat.com / veodigital

BASÍLICA DE SANTA MARIA DEL PI 5 (3)

BASÍLICA DE SANTA MARIA DEL PI 5 (3)

El barrio Gótico de Barcelona, entre la Vía Laietana y la famosa Rambla, es el corazón del nacimiento de la ciudad.

Un enreverado recorrido de calles y algunas pequeñas plazas, configuran este barrio tan bonito, en el que hay mucho por descubrir. 

La arquitectura religiosa ha dejado su marca; y es espacialmente el estilo gótico el que marca el paso en este barrio tan especial.

Una de esas iglesias, que son el testimonio del pasado de Barcelona, es la de Santa María del Pi. Rodeada hoy de plazas, que alguna vez supieron ser cementerios, el templo es parte del legado arquitectónico del gótico catalán.

Se construyó a lo largo del siglo XIV, durante el período de mayor expansión y auge de la Corona de Aragón.

El puerto y su actividad comercial habían convertido a Barcelona en una ciudad rica y próspera. Esa misma prosperidad dará impulso a la renovación de la ciudad, y las iglesias no se quedan afuera de esa transformación: se necesitan templos más grandes y más bellos, que puedan acomodar a más feligreses.

Por eso, alrededor de 1320 (no se sabe con exactitud la fecha de inicio de las obras) comenzó la construcción de un templo gótico, donde antes había habido uno románico.

A mediados del siglo, y con medio templo ya levantado, se debieron interrumpir las obras debido a la llegada de la peste negra a la ciudad. Finalmente, en 1391 se colocó la última piedra y la consagración llegaría a mediados del siglo siguiente; siglo en el que también se sumarán el campanario, la sacristía, la capilla del Capítulo y la rectoría.

Pero, dónde empezó todo?

A pesar de la falta de evidencias documentales, se suele creer que ya en el siglo V d.C. en el lugar donde hoy nos encontramos con el templo gótico, había una pequeña iglesia o construcción, fuera de las antiguas murallas romanas que delimitaban a la ciudad por aquellos tiempos.

Al parecer, alrededor de esta construcción inicial se desarrolló un asentamiento que llegó a ser conocido más adelante como Vila Nova del Pi: uno de los suburbios de aquella antigua Barcelona, que unos ocho siglos más tarde se incorporaría a la ciudad con la expansión de las murallas.

Ahora, si nos ajustamos a la documentación, la primer referencia sobre Santa María del Pi es del año 987, cuando hay referencias de una pequeña iglesia de estilo románico con tres altares, al menos.

Será, como contamos antes, en el siglo XIV cuando llegará la gran renovación gótica a este templo.

Testigo del pasado

Santa María del Pi, con sus más de 600 años, ha sido testigo de los sucesos históricos que han marcado la vida de Barcelona y de España. 

Terremotos, bombardeos, sitios, incendios… sí, ha sobrevivido a mucho. 

La iglesia ha sido parte de la defensa de la ciudad y sus campanas tañeron con fuerza para arengar al pueblo en conflictos armados, no sin sufrir daños en su estructura y pérdida de su patrimonio artístico.

Uno de los sucesos más devastadores fue el ocurrido en el contexto de la Guerra Civil Española, en el año 1936. El incendio, llevado adelante por grupos anticlericales, consumió el Altar Mayor, la sillería, portales, capillas y el Órgano Mayor, entre otras estructuras. Y el rosetón, uno de los más grandes de Europa con casi 10 metros de diámetro, estalló debido al calor.

Fue el esfuerzo de la comunidad el que logró darle vida nuevamente a este templo, para que pueda seguir siendo parte y testimonio de la historia de esta maravillosa ciudad.

¿Por qué Santa María del Pi?

Un elemento infaltable de la plaza de Santa María del Pi es el pino. Porque, digámoslo de una vez, “pi” en catalán significa “pino”.

La tradición popular cuenta que un marinero encontró la imagen de la virgen en la copa de un árbol como este. Se construyó, entonces, una pequeña capilla que, con el tiempo, evolucionó hasta la iglesia que tenemos hoy.

Es claro que el que hoy se alza en la plaza no es el pino original. A su muerte, se reemplazó con uno nuevo, como recuerdo de aquel donde se produjo el milagro.

Se cuenta, incluso, que el pino original seguía existiendo en épocas de la invasión francesa, a principios del siglo XIX, pero que murió víctima de una ataque de bayoneta de un soldado napoleónico.

El pino siguió siendo sustituído cada vez que fue necesario. El que hoy se alza en la plaza es parte de tan larga tradición desde 1985.

Un paseo bohemio

No sólo es preciosa la iglesia: su entorno no se queda atrás. 

Las tres pequeñas plazas que la rodean se llenan de vida, especialmente los fines de semana. 

Terrazas de bares y cafeterías a rebosar de gente, artistas callejeros que comparten su música y talento y, siempre ubicados en la Plaza de Sant Josep Oriol, pintores locales que venden sus obras, muchas de ellas retratando a Barcelona y sus rincones.

También, en la plaza a la que da la fachada principal de la iglesia, suele tener lugar una feria de productos artesanales llevada adelante por el Colectivo de Artesanos de la Alimentación.

Todos los sábados y domingos y el primer y tercer viernes de cada mes, podrás encontrarlos ofreciendo quesos, miel y sus derivados, yogures, patés, embutidos, caramelos, especias, jaleas, aceitunas, galletas, dulces, vinos y más. 

Barcelona tiene muchos rincones por descubrir y siempre decimos que lo mejor es dejarse llevar y perderse por la ciudad. No hay mejor manera de conocerla.

Pero si estás en el Gótico, no te pierdas la oportunidad de conocer a Santa María del Pi: un rincón donde se conjugan el arte, la historia y la bohemia, siempre bajo la sombra de un pino legendario.

Si querés visitar la iglesia por dentro, te dejamos este link para que puedas ver horarios y precios.

Fuentes:

Basílica del Pi

Barcelona Turistic

Barcelona.cat

HOY VAMOS A: CHARCUTERIA LA PINEDA (Barrio Gótico) 5 (1)

HOY VAMOS A: CHARCUTERIA LA PINEDA (Barrio Gótico) 5 (1)

Abierta desde 1930, la Charcutería La Pineda es uno de esos colmados/bares bien auténticos, donde el tiempo no parece haber pasado y donde los productos frescos, variados y de mucha calidad son la estrella.

Caminar por el casco antiguo de Barcelona tiene eso: la posibilidad maravillosa de descubrir rincones, tesoros escondidos y bares de siempre que son parte de la identidad de esta apasionante ciudad.

Y si bien La Pineda no está atrapada entre pequeñas callecitas (más bien, está en una de la calles más transitadas del Gótico, el Carrer del Pi), su espíritu de tiempos pasados la distingue de todas la otras ofertas que hay en esta calle. 

¡Pasen y vean!

Un toldo que indica su año de nacimiento y una vitrina en la que ya se pueden ver sus productos, sumados a los embutidos que cuelgan en la puerta es la mejor invitación para entrar.

Y adentro se pone aún mejor: chorizos, fuets, longanizas, jamones que cuelgan desde el techo sobre una nevera que guarda más variedades de fiambres y quesos. Las paredes que se llenan de vinos, cervezas, aceites, condimentos y conservas rodean unas pocas mesas, de esas de mármol con patas de hierro, que te llaman a sentarte y a disfrutar de un buen momento. 

Y en lo alto, como en un entresuelo, un mundo de botellas de todos los colores y formas. La mejor bienvenida a un  lugar en que el buen comer y beber están asegurados.

Todo en La Pineda respira aires de otros tiempos.

Pequeña y acogedora, el simple hecho de entrar es ya un gusto para la vista. Pero lo mejor está por llegar,porque cuando te sentás y pedís cualquiera de sus propuestas, los sabores son tan buenos que hace que te preguntes ¿por qué no viniste antes a comer a este lugar?

Siempre se empieza por la bebida. Vinos, vermut, cerveza, cava… hay para todos los gustos.

Pero además, en la Pineda el personal, súper atento y amable, te asesora para que te tomes ese vino que se ajusta mejor a tu paladar o a tus ganas de ese día. Las opciones son muchas y seguro encontrarás algo que sea ideal para vos.

Ahora bien, cuando llega el turno de la comida la experiencia llega a su punto más elevado.

Te desafiamos a sentarte en una de sus mesas, tomar la carta y elegir en 1 minuto lo que vas a pedir, sin dudar ni un segundo de tu elección.

Creemos que te va a costar hacerlo. Porque hay tantas opciones y todas suenan tan ricas, que vas a querer todo lo que hay en la Pineda.

A comeeeeeer.

Desde tablas de quesos y embutidos, pasando por conservas y olivas de todas las formas, colores y sabores, hasta llegar a los bocadillos que son uno más tentador que el otro, en este colmado de 90 años de vida no faltan sabores, y de los buenos.

Mención aparte para la variedad de jamones: no dudes en consultar con la gente de la Pineda que te va a asesorar para que puedas elegir según el precio y la calidad que estés buscando.

Los productos que se ofrecen no son sólo catalanes. Desde distintos rincones de España llegan también quesos, chorizos, jamones… uno se puede dar un paseo gastronómico por los mejores sabores de estas tierras sin moverse de la silla.

Vamos a ser claros: éste no es un lugar barato. La calidad se paga, pero acá se paga sin exagerar.

Los precios son acordes a lo que se ofrece, y según tu presupuesto, podés disfrutar de un delicioso bocadillo por menos de lo que sale una hamburguesa en una de esas cadenas de comida rápida. Y en un entorno único, al que seguramente le harás más de una foto.

La atención en La Pineda es de destacar: no ha habido ni una sola vez (y eso que ya fuimos unas cuantas veces) en que no nos hayan tratado con cuidado y dedicación.

Tuvimos la suerte de conocer a MARÍA quien supo orientarnos, dentro de la gran variedad de propuestas que tienen, para ayudarnos a elegir lo que mejor va con nuestros gustos y antojos.

Y siempre con una sonrisa y mucha amabilidad. Ese es el broche de oro para una experiencia que no podes dejar pasar si estás en Barcelona.

Tip: en La Pineda no sólo se puede comer, también funciona aún como colmado o almacén. Así que si estás de paso, o preferís montar en tu casa un delicioso pica-pica con los mejores productos, podés pasar y comprar tus embutidos y quesos, como en cualquier charcutería de la ciudad.

Muy cerca de La Pineda podrás descubrir un lugar encantador donde entre otras cosas encontrarás la Basílica de Santa María del Pi. No te pierdas este paseo.

Acá te dejamos los datos para que puedas llegar sin problemas a este imperdible del Gótico:

CHARCUTERIA

LA PINEDA

Carrer del Pi 16, Barrio Gótico

Teléfono 933 02 43 93

Horario:

De lunes a sábados, de 09:00h a 21:30h.

Domingos de 10:00h a 15:00h.

Links: Instagram / Facebook

PASSEIG DEL BORN: un nombre medieval 4.7 (3)

PASSEIG DEL BORN: un nombre medieval 4.7 (3)

Entre la famosa iglesia de Santa María del Mar (más conocida últimamente como “Catedral del Mar”, debido al libro del mismo nombre de Ildefons Falcones) y el Mercado de Born, se extiende tan sólo por algunas pocas calles, el Passeig del Born.

Uno de los espacios más bonitos y emblemáticos de este barrio de origen medieval. 

Hoy, este paseo es el centro, no sólo de la vida gastronómica del barrio, sino también de un distrito de diseño que incluye tiendas de ropa, accesorios, arte, decoración y más. Y por las noches, el Passeig del Born es uno de los grandes protagonistas de la movida nocturna de la ciudad.

Y si bien es conocido por todos, este paseo tiene un nombre que no pocos se preguntan de dónde viene. Sí, como lo dice el nombre de este artículo, el origen se remonta a la Edad Media.

El crecimiento de la ciudad

Para el siglo XIII, la antigua ciudad romana amurallada había superado sus límites.

Nuevos asentamientos habían crecido, a lo largo de los años, alrededor de conventos e iglesias que se encontraban fuera de los muros, y uno de ellos era la Vilanova del Mar: una villa conformada por pescadores y trabajadores del puerto, alrededor de la antigua iglesia de Santa Maria de las Arenes, que se convertiría, más tarde en Santa María del Mar.

El crecimiento económico de Barcelona y la activa vida portuaria, harían de esta zona un lugar dinámico, bullicioso, donde tendrían lugar espectáculos y actividades culturales y religiosas.

Una de esas actividades (de las principales atracciones, por cierto) que se llevaban a cabo en este paseo eran las competencias de justas.

Aquellos que conocen personalmente al Passeig del Born, podrán decir que la calle no tiene la extensión ideal como para poder hacer tales torneos. Y es verdad.

Pero eso es hoy, porque el paseo era mucho más largo en tiempos medievales, llegando hasta donde hoy se encuentra el Passeig Sant Joan, aproximadamente. 

En esos años esta era la plaza más importante de la ciudad.

Amplia y extensa, permitiría la celebración de todo tipo de actividades y era el punto de encuentro de barceloneses: desfiles, mercados, carnavales, procesiones, fiestas populares y hasta autos de fe llevados adelante por la Inquisición se desarrollaban ahí. Pero serán las competencias de justas las que le darán el nombre al lugar. 

El origen del nombre del paseo

(Nota: recuerdan las competencias de justas? Se componía de dos caballeros a caballo, cada uno portando su lanza y un escudo, se colocaban enfrentados, cada uno en el extremo de una larga pista. A una señal, iniciaban su carrera y el objetivo era derribar al oponente)

Y por qué decimos que las justas serán la que den el nombre? Porque combatir en una justa, o “tornear”, también era conocido con el nombre de “bornar”.

Entre el siglo XIII y XVII el Passeig del Born (o Borne, en castellano) será el centro de esta vida social, y “bornar” será lo que le dará su identidad y su nombre, hasta el día de hoy. 

En un documento conocido como “Rúbriques de Bruniquer” aparece el registro más antiguo que se tiene de una competencia de justas en este lugar: el 9 de septiembre de 1372

Se sabe que el espacio se rodeaba de tablados y palenques donde se colocaban paños con los colores de la bandera catalana (la senyera). Los nobles, autoridades y figuras importantes se sentaban en gradas. 

Pero no sólo se trataba de competir porque previamente, tenía lugar un oficio religioso y una procesión hasta la explanada donde se desarrollaba el espectáculo.

Muchas de estas justas tenían fines puramente deportivos: los ganadores se llevaban de premio joyas, que luego entregaban a sus amadas o damas. Pero también un caballero podía enfrentarse en una justa al ser desafiado por otro; en casos así, se combatía hasta la primera sangre o, incluso, la muerte.

La llegada del siglo XVIII traerá cambios importantes a la fisonomía del paseo.

La Guerra de Sucesión y el Sitio de Barcelona hasta septiembre de 1714, cuando la ciudad finalmente fue derrotada, significará la destrucción de gran parte del Barrio de la Ribera y la desaparición de un importante sector de este paseo. 

Gran sobreviviente de un pasado lleno de historia, aunque transformado, el Passeig del Born nos invita siempre a recorrerlo, a reconocer las huellas de los siglos en sus edificios y a disfrutar de la vida que sigue llenando sus espacios.

Fuente: ubdeb

HOY VAMOS A: HOFMANN PASTELERÍA (Barrio del Born) 5 (2)

HOY VAMOS A: HOFMANN PASTELERÍA (Barrio del Born) 5 (2)

Pastelería reconocida, croissants premiados, una presentación impecable y todo a metros de uno de los paseos más bonitos e icónicos de la ciudad, el Passeig del Born. Hofmann es parada obligada para todo aquel que ame los dulces. Y para los que no, puede que también.

Es muy probable, me atrevería a decir que es seguro, que en tu recorrida por Barcelona, visites el famoso Passeig del Born. De pocas calles de extensión, es una calle que resume la belleza de una de las zonas más bonitas de la ciudad. Además la oferta gastronómica a su alrededor es enorme y variada: bares, restaurantes, cafeterías, heladerías. Lo que busques, lo encontrarás. 

Lo que también es probable es que, en medio de este pequeño laberinto de callejuelas, te pierdas el tesoro dulce que se esconde en una de esas pequeñas callecitas que rodean al paseo. 

En el Carrer dels Flassaders 44 se encuentra Hofmann: una pequeña y muy bien decorada tienda que es, ni más ni menos, una de las mejores pastelerías de toda la ciudad. (En la misma calle hay un testigo del pasado de la ciudad que vale la pena descubrir. Te dejo el link para que lo encuentres: LA ZONA ROJA EN BARCELONA )

Cuándo comienza Hoffman

En 2008 abre por primera vez una pastelería que se origina en el deseo de Mey Hofmann (pueden visitar la web de la Fundación Mey Hofmann para saber un poco más de esta talentosa cocinera), amante de la repostería, por ofrecer los más refinados postres a los habitantes de la Ciudad Condal.

Hoy sin dudas, es un referente gastronómico, ya que el mundo Hofmann no se quedó en la pastelería sino que incluye además, una escuela de hostelería, un restaurante (merecedor de una estrella Michelín en 2004), una taberna y también, servicio de catering. 

La verdad es que cuando nos acercamos por primera vez, para probar sus famosos croissants, no habíamos investigado mucho sobre la historia de la marca. Fuimos porque ya nos habían dicho, varias veces, que allí estaba el “mejor croissant de Barcelona”. Y cuando alguien hace tal declaración, tenemos que ir a comprobarla.

Pero había un detalle más: la recomendación enfatizaba en que teníamos que probar el croissant relleno de queso mascarpone.

No se diga más!, este último ingrediente terminó de tentarnos.

Croissant, Mascarpone y todo lo demás

Y allí nos fuimos, deseosos de satisfacer todas nuestras necesidades de azúcar en un sólo bocado. Sabiendo que la prueba era importante porque nuestras expectativas, luego de tantas recomendaciones, estaban muy arriba.

Y podemos decir con total convencimiento y absoluta contundencia que no nos defraudó.

Todo lo contrario: fue mucho mejor de lo que nos habíamos imaginado.

Obviamente, desde ese día, somos fieles recomendadores de esta delicia.

Entrar en su tienda, pequeña y decorada con muy buen gusto, es una fiesta para los ojos de cualquier goloso.

Tanto en la vitrina que encontrás al entrar, como en de los aparadores del local, se exponen, para la admiración de todos, sus creaciones: el Pistacho o la Rosa, por ejemplo, se ven de lujo. Del sabor, ni hablar!.

Todo se ve tan bien y tan delicioso que, si no te controlás, podés dejar gran parte de tu presupuesto en Hofmann.

Señores, ¡concentración por favor!

En nuestro caso, tenemos muy claro a lo que vamos. Así que nos ponemos en la fila, y esperamos a nuestro turno de ser atendidos.

Como dijimos antes, la tienda no es muy grande y siempre hay muchos clientes. Puede pasar incluso, que la fila continúe fuera del local.

Esto sobre todo, ocurre por la mañana, cuando un buen croissant es la estrella del desayuno. Pero no te preocupes, que no es larga la espera… y garantizamos que vale la pena. Porque no es poca cosa, estamos hablando del Mejor Croissant Artesano de Mantequilla, del año 2010, y el más que galardonado Croissant de Mascarpone. 

Al llegar al mostrador donde te reciben las empleadas, el pedido se hace rápido.

Es verdad que, en general, uno ya tiene bien claro qué busca y no hay muchas dudas al momento de ser atendido. Pero por más claro que lo tengamos hay que tener en cuenta todas las opciones, que no se quedan atrás en sabor y calidad: croissants con chocolate, con frambuesa, con crema de mango, roll de canela…

Todo súper fresco y recién horneado. Y por más que veas una cola interminable para llegar al mostrador, no tengas miedo de quedarte sin el tuyo, porque en los horarios de más demanda, verás como llegan las bandejas, una detrás de la otra, llenas de croissants, y con ese olorcito inconfundible que desprenden las delicias recién sacadas del horno.

Estar allí es una experiencia para todos los sentidos.

Croissant + Mascarpone

Hablando de sentidos, vayamos al gusto, que es el más importante en esta experiencia. Porque descubrir los sabores del croissant de mascarpone, del que somos fans, es sublime.

Se empieza por la masa, algo crujiente por fuera y esponjosa y suave por dentro, con un glaseado que lo recubre y que le aporta dulzor; pero éste es sólo el primer bocado, cuando todavía no hemos llegado al corazón de mascarpone. En ese momento es cuando todo se resume en perfección: cuando al morder se suma al dulzor, la acidez exacta y la cremosidad de este delicioso queso italiano.

Y ya no hay nada más que decir. Todo es disfrute, sonrisas, y dedos de movimientos veloces intentando que no se caiga al suelo (o sobre la ropa) ni un gramo de todo ese impresionante sabor (es verdad que vendrían bien unas servilletas, así que tengan esto es cuenta cuando vayan, porque la pastelería no las incluye en el paquete).

Algunos tips prácticos: para asegurarte esta experiencia te recomendamos ir por las mañanas o mediodías. Porque por la tarde, especialmente después de las 17 o 18hs, es probable que ya no encuentres más croissants (no pasará lo mismo con el resto de los increíbles productos que ofrecen).

Segundo tip: el croissant de mascarpone es un producto potente. Verás que después de comer uno entero, (no dijimos que cuesta algo menos de 3€), el hambre lo tendrás calmado por unas horas. Incluso es probable que te saltes la siguiente comida.

Tercer tip: si a tu desayuno le hace falta el café, también lo puedes comprar en la tienda; eso sí, para llevar, porque no hay mesas. Así que ahí mismo, te podés hacer con todo lo necesario, para seguir paseando entre dulces bocados, o sentarte a desayunar en alguno de los bancos del imperdible Passeig del Born que verás en la esquina. 

Y a disfrutar!!

El Passeig del born es una calle que te recomendamos visitar por muchas razones. Si te interesa en este artículo te contamos lo más importante de este singular paseo.

Acá te dejamos los datos para que puedas llegar sin problemas a esta fantástica pastelería:

PASTELERÍA HOFMANN

Carrer dels Flassaders 44, Barrio del Born

Teléfono 932 68 82 21

Horario: De lunes a jueves, de 09:00h a 20:00h.

Viernes y sábado, de 09:00h a 14:00h y de 15:30h a 20:30h.

Domingos, de 09:00h a 14:30h.

Link: Web / Instagram / Facebook

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