Sentados desde las escalinatas del Edificio de Correos (tal vez saboreando un delicioso sándwich de Bo de B), no va a dejar de llamarles la atención una escultura de formas raras y llena de color, conocida como “La Cabeza de Barcelona” o “La Cara de Barcelona”.
Se realiza entre 1991 y 1992, años claves de la transformación que vive la ciudad con la llegada de los Juegos Olímpicos.
En ese período, «Barna» se llenará de nuevas obras de arte, y una de ellas es ésta. Llamativa ella, y grande: mide unos 15mts de alto aproximadamente, por unos 6mts de ancho. Y es una versión a escala reducida de una de las cabezas creadas por el artista norteamericano Roy Lichtenstein, en una serie llamada “Brushstrokes” o Pinceladas.
En este caso en particular, con su lenguaje inscrito en el Pop Art, “Cap de Barcelona” homenajea al gran artista catalán, Antoni Gaudí.
Qué elementos lo demuestran?
El impacto cromático, los puntos rojos en relieve y el revestimiento cerámico a modo de trencadís, esa técnica tan usada por los modernistas, y muy destacada en la obra del creador de la Sagrada Familia o Parc Güell.
Sobre el Passeig Colom, a metros del Moll de la Fusta, y en medio de la circulación del tráfico de Barcelona, es imposible no toparse con ella y admirarla.
Hablamos del Edificio de Correos y Telégrafos de Barcelona. Un edificio que a pesar de ser un lugar de paso de mucha gente, son pocos los que entran y descubren un interior hermoso y una cúpula imponente.
Un poco de historia
El primer servicio de correos de Barcelona se remonta al año 1338, siendo una cofradía quien lo llevara delante, y su sede se encontraba en la Capilla d’en Marcús, en pleno barrio de la Ribera (actualmente barrio del Born). Seguramente, ya hablaremos de ella en otro posteo, pero sepan que es una de las más antiguas que aún se conservan hoy en la ciudad, con parte de su estructura de estilo románico.
En 1716, el rey Felipe V incorporará a la corona española el servicio de correos y su sede se mudará al Carrer Correu Vell (el correo viejo, de ahí su nombre).
NO será la dirección definitiva, y se irá reubicando la sede de este servicio en varios lugares de la ciudad.
Finalmente, a principios del siglo XX, llegará el proyecto que podemos contemplar hoy.
Se estaba abriendo la Via Laietana, una nueva avenida en el medio del casco antiguo para conectar la moderna Barcelona del Eixample con el mar. Y en este contexto, se inicia el proyecto de un nuevo edificio para el Correo, cuya actividad se venía transformando debido a la aparición de nuevos medios de transporte.
Características del Edificio de Correos
El edificio, de los arquitectos Josep Goday y Jaume Torres i Grau y de estilo neoclasicista, se construirá entre 1916 y 1929, y se inaugurará justamente con el inicio de la Exposición Universal de ese año, de la cual Barcelona era sede.
Construido con piedra de las canteras de Montjuïc, montaña símbolo de Barcelona, cuenta con una fachada principal que hace gala de 4 columnas de orden gigante, un friso con la inscripción CORREOS Y TELÉGRAFOS, 4 esculturas de figuras femeninas que representan las comunicaciones, los transportes y el escudo de la Casa Real Española en tiempos del Rey Alfonso XIII.
Pero sin lugar a dudas, el atractivo principal está dentro del edificio. Así que, si ya estás ahí, no te lo pierdas.
Es un edificio público, lo que significa que no se pagan entradas y no se restringe el ingreso.
Honestamente, muchos pasamos de largo en nuestras rutinas, y ni siquiera recordamos entrar para conocerlo. Pero vale la pena el esfuerzo de subir esa escalinata, y maravillarse con la cúpula de cristal que corona el edificio en su parte central y que lo llena de luz natural.
Y, por qué no, también hacer uso del servicio de correos: postal de Barcelona en mano, enviarla desde acá a quien quieras, como en los “viejos tiempos”.
Uno de los mejores bocadillos de Barcelona, a un precio súper barato y en una ubicación ideal para el que pasea por Barcelona, sea turista o local. Un “bareto barato” para tener en cuenta, cuando hay poco tiempo, pocos billetes en la cartera y mucho hambre.
Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que ya es un clásico de Barcelona.
Es tal su fama, que ha trascendido fronteras, y cuando llegás a su puerta descubrís que su clientela proviene del mundo entero. Todo aquél que anda por Barcelona y con presupuesto ajustado, pero tiene ganas de buenos sabores y tiene bastante hambre, está generalmente haciendo cola para comprar su bocadillo en Bo de B.
El Local
Es un lugar pequeño, al lado del edificio de Correos de la ciudad y en uno de los límites del barrio Gótico. Hace 11 años que comenzaron y el reconocimiento que se han ganado tiene que ver con lo más importante que buscamos a la hora de comer: productos frescos, ricos, servidos generosamente y a excelente precio.
Por eso se ha ganado un lugar en nuestra lista de recomendaciones, y en esta sección que llamamos “Baretos baratos”, donde nos gusta pasarles el dato de buenos lugares donde comer o beber sin pagar mucho.
En verdad, y para ser claros: este no es un bar propiamente dicho.
De hecho no vende alcohol, y la mayoría de la gente compra aquí su comida para llevar.
No vamos a mentirles, la idea es que confíen en nosotros, porque Bo de B, aunque por su modelo de negocio no lo parezca, se ajusta perfectamente a esta sección en cuanto a precios y calidad se refiere.
Si buscan comer bueno y barato, éste es su lugar.
La cerveza se puede comprar en cualquier supermercado a pocos metros, eso nunca es un problema.
El nombre
Ahora, hablemos de lo que nos atañe, Bo de B: su nombre (curioso) está en catalán. “Bo” es bueno, y la B, de nuestra querida Barcelona.
Así que su nombre lo dice, y no miente: éste es el Bueno de Barcelona.
Sus productos
Qué nos ofrecen? Bocadillos, sobre todo. O sea sándwiches.
Todas las variedades están escritas en la ventana del local, así que mientras esperás a ser atendido, ya podés ir decidiendo con cuál de todos vas a deleitarte: hay de ternera, de pollo, de salmón, sólo de vegetales, hamburguesas.
Todos a un precio alrededor de los 4 euros. Por unos 50 céntimos más, podés agregar el queso feta, que recomendamos fervientemente.
Ahora, si tenés más tiempo, no podés comer pan o tenés ganas de sentarte mientras comés tranquilo, Bo de B tiene algunas mesas (no muchas) en su interior.
Podés comer el bocadillo ahí mismo, o disfrutar de cualquiera de las otras opciones que hay en el menú: sus propuestas al plato.
Consisten en variedades de verduras, ensaladas, con la opción de agregar también pollo o carne, por ejemplo, que se cocinan en el momento.
Estos platos son enormes, generosos, y si bien son un par de euros más caros que los bocadillos, son ideales si buscás algo natural y fresco, pero asegurándote que no tendrás hambre de nuevo por varias horas.
Nos gusta siempre aclarar algo: la frescura de los productos, y además en el caso de Bo de B, que se cocinan en el momento. Cuando finalmente llega tu turno, te preguntarán tu elección y si es con carne, tu ración ya marinada, se cocinará ahí mismo. De ahí que lleve algo más de tiempo, y las colas en temporada alta o en horas pico sean largas.
Pero vale la pena, siempre vale la pena.
Cómo funciona Bo de B?
Lo contamos, porque con tantos años atendiendo a tanta gente, ya tienen un sistema para funcionar mejor.
Te pasamos el dato sobre todo si sos primerizo por estos lares. Cuando llegues es muy probable que ya te encuentres con gente haciendo cola. De hecho, en nuestro video les contábamos que eran las 12.05hs, habían abierto a las 12.00hs, y ya teníamos gente delante.
Ahora, este dato es esencial: si vas a comprar y llevarte tu comida, como hicimos nosotros, la cola que hay que hacer es la que se extiende hacia la derecha de la puerta (mirando a la puerta). En cambio, si querés comer dentro de Bo de B, la cola se hace hacia la izquierda. De esa forma, en el local ya pueden organizar su trabajo y a nosotros, sus clientes.
Otro detalle más: por cuestiones de espacio, que no sobra dentro del local, la cola se hace fuera y sólo van ingresando de 1 o dos personas a la vez, a medida que van saliendo los que ya están atendidos.
Parecen muchas reglas, no? Tranquilos, no es el “Soup Nazi” de Seinfeld. Esta gente es muy amable y cuando te reciban, van a atenderte con una sonrisa y muy buena onda.
Ahora sí, bocadillo en mano y con tu estómago pidiendo por favor que lo calmes, después de haberlo estimulado más con los aromas y colores de Bo de B, buscás un lugar para saciar el hambre.
Los valientes, o gente con manos y boca muy grande, pueden caminar y comer al mismo tiempo.
No es mi caso, sobre todo por las manitos. Si sos más de mi equipo, y no querés que toda tu ropa evidencie después lo que has comido, sugerimos el lugar ideal para engullir con tranquilidad tu sándwich: las escalinatas del edificio de Correos, que están justo enfrente.
Mismo lugar que elegimos nosotros, y mucha gente más, en el video que ya les compartimos. El sol acompaña, algunas palomas también hay que decirlo, y hacemos de ese un lindo lugar para parar unos minutos y sorprendernos con todos los sabores que puede incluir un bocadillo tan genial.
El pan calentito, esponjoso por dentro y crujiente por fuera; la variedad de verduras, las carnes marinadas y especiadas, el queso feta que se deshace y las salsas que unen todo… y chorrean un poco, ojo con este detalle.
Así que el bocadillo de Bo de B se come mejor sentado, con las piernas abiertas de par en par, para no ensuciar los pantalones y conciente de que te mancharás bastante las manos y la boca.
¡Pero qué alegría que da, qué delicioso, qué bueno tener tanto por tan poco!
Mientras disfrutás de lo que compraste en Bo de B podés ver algunos puntos interesantes que están muy cerca como el Edificio del Correo o la escultura Cap de Barcelona.
Acá los datos para que lo encuentres si estás paseando por el barrio Gótico:
Aunque no lo creas hay gente que, al verla por primera vez rodeada de grúas y obreros trabajando, piensa que están restaurándola. Pues no, no es así. La Sagrada Familia nunca se terminó de construir, de ahí todo ese movimiento alrededor ella.
La Sagrada Familia hoy en día sigue en construcción (facebook oficial).
Todo empezó en 1882, cuando un vecino de la zona llamado Bocabella, decide impulsar la construcción de una iglesia en ese sector, que aún no formaba parte de Barcelona (era un pueblo afuera de la ciudad). Se contrata a un arquitecto que sólo trabajará un año, abandonando la obra en 1883.
Es en ese momento cuando entra en escena Antoni Gaudí i Cornet y cambiará para siempre la historia de este templo. Gaudí dedicará casi 40 años de su vida a Sagrada Familia, hasta su muerte en 1926. Y durante tantos años de trabajo, levantará sólo una fachada y finalizará la cripta, lugar donde hoy está enterrado.
Ésa fachada, la del Nacimiento y la más famosa de este templo, junto con la cripta, hoy son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Y con sólo verlas, uno puede entender por qué.
Pero el desarrollo del proyecto y su construcción no serán sencillos. La financiación será un problema, ya que Sagrada Familia no ha recibido dinero del Estado ni de la Iglesia: se ha mantenido siempre gracias a donaciones privadas o ayudas generadas por los propios vecinos.
De ahí el tiempo que ha llevado poder finalizarla. Hoy, la Sagrada Familia puede anunciar su fecha de terminación: el año 2026, cuando se cumpla el aniversario número cien del fallecimiento de su creador, Antoni Gaudí.
Tips para visitar la Sagrada Familia
Si nos preguntan cuál es el edificio/museo/atractivo de Barcelona que hay que visitar por dentro casi obligadamente, diríamos que es éste. La Sagrada Familia es única, su arquitectura es increíble y la experiencia de visitarla es inolvidable. Por eso les dejamos algunos tips:
Comprar las entradas con anticipación: esto es muy importante, ya que la mayor parte de las veces, al llegar a la iglesia, descubrirás que las entradas están todas vendidas. Para evitar pérdidas de tiempo, colas o estrés (sobre todo si vas a estar pocos días en Barcelona) aconsejamos ser previsores y comprar las entradas online. Que, además, son un poco más económicas que en taquilla.
Ya que hablamos de comprar online, te dejamos el link de la web donde puedes hacerlo: www.sagradafamilia.org, la página web oficial del templo. Sólo en esta web tendrás la disponibilidad real de entradas. Hay muchas páginas que revenden las entradas, pero no siempre cuentan con la disponibilidad en tiempo real, y suelen venderlas un poco más caras, porque agregan un Fee de gestión. Para garantizar que no tendrás sorpresas, hacé tu compra en la web oficial.
Entre las ofertas de entradas verás que la más económica no cuenta con ninguna visita guiada o audioguía. Sólo incluye el ingreso a Sagrada Familia. Si te da el presupuesto, te recomendamos hacer la visita con alguna guía (audioguía o con un guía oficial del templo). Así tu visita será completa y podrás comprender todo lo que Gaudí quiso trasmitir con su obra cúlmine.
Descubrirás al hacer la compra, que debés elegir un horario de ingreso. Es la mejor manera para evitar colas y además, de esa manera también se puede controlar la cantidad de gente que la visita, porque se maneja por cupos. Sugerencia destacada: conseguir tickets en horarios de mañana o mediodía. Cuando el sol está alto y atraviesa las vidrieras de la Sagrada Familia, el espectáculo en el interior es maravilloso. Especialmente en el invierno, cuánto más temprano mejor, porque tendrás mejor luz natural.
Y ahora, no nos queda más que desearte que disfrutes de la experiencia de conocer esta obra de arte que nos ha regalado Gaudí en Barcelona, y que aproveches antes o después de tu visita para ir a comer y beber espectacularmente en RARO (hacé click en este link para ver el artículo).
En el mismo barrio donde se encuentra la Sagrada Familia (y el muuuuy recomendable RARO, del que ya te hablamos y podrás ver en este link), a muy pocas calles, se encuentra otra de las grande obras modernistas de ese período: el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
Este hospital es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y es obra de otro gran arquitecto que dio el Modernismo catalán. Su nombre era Lluís Domènech i Montaner.
El primer Hospital de la Santa Creu se encontraba en el barrio del Raval, y se comenzó su construcción en 1401, unificando los seis hospitales que había en Barcelona hasta aquel momento, en uno solo. Será el hospital público de la ciudad por casi 500 años. Pero para 1926 será insuficiente para una Barcelona moderna, por lo que se inicia el proyecto de este nuevo hospital, que hoy se encuentra a sólo 10 minutos a pie de la Sagrada Familia.
En 1902 se colocó la primera piedra y la inauguración de las nuevas instalaciones llegaría en 1930. Al nombre original de la Santa Creu se le agrega el Sant Pau, en este nuevo recinto, debido al aporte y legado del banquero Pau Gil que permitirá la construcción de este hospital.
En el año 2009, la actividad sanitaria se trasladará a unas instalaciones más modernas, en el extremo norte de este conjunto arquitectónico.
Y hoy el Hospital de Sant Pau, como lo conocen los locales, es un museo más que interesante para adentrarse en el mundo modernista, pero también en los nuevos conceptos de medicina de principios del siglo XX.
El proyecto original
Se concibió como un espacio que pudiese albergar todos los servicios en sí mismo y poder estar aislado de la ciudad. De hecho, en los años de su construcción, el hospital estaba alejado del centro de Barcelona y esta zona era un destino de excursión los días domingos. Por eso fue proyectado con calles, jardines, una iglesia y hasta un convento.
Debía ocupar unas 9 manzanas, con un edificio central donde se realizaban las tareas de Administración del hospital. Luego se desarrollan unos 27 pabellones de tareas médicas y enfermería. Todos los edificios están unidos por galerías subterráneas, para trasladar a los enfermos, y que se unían en el centro de todo: el pabellón quirúrgico.
El arquitecto además, pondrá especial atención en el aprovechamiento de la luz natural y del aire puro, pensando en que la recuperación de un paciente no tiene sólo relación con la atención médica. También está influida por la luz, el color, el aire puro y la belleza de un jardín.
De ahí que las alas de internación contaran con techos y paredes delicadamente decorados y con un espacio similar a un jardín de invierno, para que los enfermos pudiesen estar rodeados de belleza, incluso en medio de su reclusión.
Si te apasiona la arquitectura, la medicina o simplemente, te gusta mucho disfrutar de la belleza de un edificio increíble, no dejes de darte una vuelta por el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau, tan cerca de la Sagrada Familia, que es una pena perder la oportunidad.
Los une la Av. Gaudí, un paseo arbolado y lleno de oferta gastronómica, donde te encontrarás con muchos vecinos del barrio que disfrutan de este espacio público.
El Recinto Modernista de Sant Pau tiene visitas libres (no gratuitas, libres, que significa que se hacen sin un guía), de lunes a sábado todo el día, y domingos y festivos el cierre es a las 15hs. De todas formas, como los horarios pueden variar según la temporada, te sugerimos chequearlo en la web oficial del hospital. También hacen visitas guiadas, en horarios especiales según el idioma. Te dejamos la web y allí también podrás consultar los precios de los tickets.
Y este es EL tip: si estás en Barcelona el primer domingo de cada mes, podrás disfrutar de este magnífico museo de forma gratuita. Sólo te recomendamos reconfirmar el horario (e incluso reservar la entrada online sin coste) en la web del Hospital, para más seguridad, en caso de que haya cambios en el futuro.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.
Comentarios recientes