Una copa de burbujeante, dorado, frío y riquísimo cava, no es sólo una bebida que puedes disfrutar en cualquier terraza de Barcelona. Porque como sabrán (y si no lo saben, se los contamos) es muy difícil dar vueltas por la ciudad y no encontrar un bar con su respectiva terraza.
También verán que esas terrazas están siempre llenas de gente sentada y bebiendo algo. Porque la vida de Barcelona ( y esto aplica a toda España), está en sus bares. Es normal que al terminar su trabajo, nos encontremos en el bar a tomar algo, antes de llegar a casa y dar por terminado el día.
Es parte de la rutina diaria. Una, a la que no nos costó nada adaptarnos.
Y si bien la cerveza es la gran estrella de todos los bares, en Catalunya encontrarás a muchos bebiendo lo que la mayoría compramos (por lo general), sólo para grandes ocasiones o para Año Nuevo: una buena copa de cava.
Es más: si prestás atención, verás gente tomándose su copita casi en el desayuno. No importa la hora del día, ni la ocasión. Siempre es un buen momento para un cava. Por eso te aseguramos que el cava en esta parte del país no es sólo una bebida más.
Hace mucho tiempo…
Catalunya tiene una historia de más de un siglo con este vino espumoso y, aunque hoy su producción no sea exclusiva de estas tierras, es aquí donde nació a fines del siglo XIX.
Éstas tierras han sido tierras de viñas desde época romana, así que muchas cosas han pasado desde que en la región se comenzó a producir vino. Pero el gran impulso de esta industria se produce en la Edad Media, y en los siglo XI y XII aparecen los primeros viñedos en el Penedès.
¿Por qué es importante la región del Penedès?
Porque es aquí donde tendrá su origen el cava, y en la actualidad es una de las zonas más importantes en lo que a producción vinícola se refiere; además de ser la protagonista de un enorme y sostenido desarrollo del enoturismo.
Durante muchísimo tiempo la producción de vinos fue creciente y llegó a uno de sus puntos más alto en el siglo XVII. Por los mismos años, en Francia, específicamente en la región de Champagne, decidieron embotellar el vino poco después de la primera fermentación, consiguiendo así que la segunda fermentación se produjese dentro de la botella.
El resultado: burbujas! Y algunos cambios catalanes.
El resultado de esta forma de fermentación fueron las burbujas tan características, y a pesar de algunos primeros fallos, fueron encontrandole la vuelta para que el champagne llegue a ser una bebida aceptada y reconocida. Esta forma de producir el nuevo vino espumoso es conocida como método tradicional o champenoise.
En Catalunya comenzarán a probar esta nueva técnica durante el siglo XIX, particularmente en la región del Penedès. Gracias a la promoción del Instituto Agrícola Catalán de San Isidro, se hará uso del método tradicional, creado en Francia, pero con uvas autóctonas de la zona, para crear un vino espumoso de calidad: el champán catalán.
Para 1872 ya se están produciendo las primeras botellas y, muy pronto, muchas bodegas de Sant Sadurní d’Anoia, hoy Capital del Cava, comenzarán a elaborarlo.
Pero no todo lo que llega de Francia es tan bueno: en 1887, la plaga de la filoxera, que ya había pasado por el país vecino, ataca los cultivos catalanes y arrasa con hectáreas de producción. De cualquier forma “no hay mal que por bien no venga” dicen los que saben, y la temida filoxera obligó a tomar cartas en el asunto, comenzando así la investigación para hallar una solución efectiva. Por aquel entonces fue cuando se decidió la introducción de cepas blancas de calidad, en reemplazo de las tintas.
Los inicios del siglo XX fueron una época de gran éxito para el «cava», ganando una popularidad que siguió creciendo y convirtiéndolo en producto de exportación. Sin embargo, se seguía usando el nombre “champán” para su comercialización. Y esto, no le caía muy bien a los franceses.
Champán (o champagne) responde a el vino espumoso que se produce en esta particular región. Y no cualquier espumoso puede llamarse así, ya que es una denominación protegida. Esto llevó a un reclamo judicial que se saldaría en 1972, momento en el cual se determinó el nombre “cava” para los espumosos españoles.
Ojito! No cualquier vino espumoso puede llevar el título de cava: deben ser de calidad, elaborados con el método tradicional, producidos de acuerdo a cierta normativa y provenientes de una región determinada.
Al día de hoy son reconocidos como tales más de ciento veinte municipios de las cuatro provincias de Catalunya, dos de Zaragoza, dos de Navarra, tres de Álava, dieciocho de La Rioja, uno de Badajoz y uno de Valencia.
Pero entonces, cuáles son las diferencias entre una copa de cava y una de champán?
La primera diferencia es crucial, y se trata del tipo de uvas que se utilizan en su producción.
El cava tiene tres variedades: Macabeo, Parellada y Xarel-lo.
Mientras que en la versión francesa se utilizan Chardonnay y Pinot Noir.
Otra diferencia importante es la procedencia geográfica.
La tercera tiene que ver con la composición: los cavas se elaboran con vinos de la misma añada. El champán es la mezcla de vinos de distintas cosechas.
Y la última: el tiempo. El cava necesita entre 2 y 4 años, y el champán más de 5.
Variedades de cavas
Según el nivel de azúcar que se añada, tendremos distintas variedades de cavas:
Brut Nature: hasta 3 gramos de azúcar por litro.
Extra Brut: hasta 6 gramos de azúcar por litro.
Brut: hasta 12 gramos de azúcar por litro.
Extra Seco: entre 12 y 17 gramos de azúcar por litro.
Seco: entre 17 y 32 gramos de azúcar por litro.
Semiseco: entre 32 y 50 gramos de azúcar por litro.
Dulce: más de 50 gramos por litro.
Y también cuenta el tiempo de crianza:
- Un cava Joven, lleva de 9 a 15 meses;
- un Reserva, de 15 a 30 meses
- y un Gran Reserva supera los 30 meses.
Ahora bien, después de todo esto nos quedan claras algunas cosas.
Primera: nunca pidas un champán en tu viaje a Barcelona o alrededores. Aquí bebemos cava. Bueeeeno, podés pedir champagne, no está prohibido, pero para eso tienes otros destinos comooo… toda Francia en general y Champagne en particular.
Segunda: si sos un gran aficionado a esta bebida o al mundo de los vinos, no te pierdas la posibilidad de hacer alguna visita a Sant Sadurní d’Anoia (tal vez la zona más importante produciendo cavas de calidad) o a otras localidades cercanas a Barcelona. Hay muchas propuestas de enoturismo donde podrás catar los mejores cavas, recorrer bodegas y viñedos, y además, descubrir paisajes preciosos.
Tercera y muy importante: Tenés que grabar a fuego en tu mente que, estando en Barcelona, no hay que esperar a que ocurra nada especial para brindar con un cava.
El simple hecho de poder disfrutar de una ciudad como esta, merece una copa de cava y un buen brindis.
Fuente: docava.es / vinetur.com
0 comentarios