HOY VAMOS A: CHARCUTERIA LA PINEDA (Barrio Gótico) 5 (1)

HOY VAMOS A: CHARCUTERIA LA PINEDA (Barrio Gótico) 5 (1)

Abierta desde 1930, la Charcutería La Pineda es uno de esos colmados/bares bien auténticos, donde el tiempo no parece haber pasado y donde los productos frescos, variados y de mucha calidad son la estrella.

Caminar por el casco antiguo de Barcelona tiene eso: la posibilidad maravillosa de descubrir rincones, tesoros escondidos y bares de siempre que son parte de la identidad de esta apasionante ciudad.

Y si bien La Pineda no está atrapada entre pequeñas callecitas (más bien, está en una de la calles más transitadas del Gótico, el Carrer del Pi), su espíritu de tiempos pasados la distingue de todas la otras ofertas que hay en esta calle. 

¡Pasen y vean!

Un toldo que indica su año de nacimiento y una vitrina en la que ya se pueden ver sus productos, sumados a los embutidos que cuelgan en la puerta es la mejor invitación para entrar.

Y adentro se pone aún mejor: chorizos, fuets, longanizas, jamones que cuelgan desde el techo sobre una nevera que guarda más variedades de fiambres y quesos. Las paredes que se llenan de vinos, cervezas, aceites, condimentos y conservas rodean unas pocas mesas, de esas de mármol con patas de hierro, que te llaman a sentarte y a disfrutar de un buen momento. 

Y en lo alto, como en un entresuelo, un mundo de botellas de todos los colores y formas. La mejor bienvenida a un  lugar en que el buen comer y beber están asegurados.

Todo en La Pineda respira aires de otros tiempos.

Pequeña y acogedora, el simple hecho de entrar es ya un gusto para la vista. Pero lo mejor está por llegar,porque cuando te sentás y pedís cualquiera de sus propuestas, los sabores son tan buenos que hace que te preguntes ¿por qué no viniste antes a comer a este lugar?

Siempre se empieza por la bebida. Vinos, vermut, cerveza, cava… hay para todos los gustos.

Pero además, en la Pineda el personal, súper atento y amable, te asesora para que te tomes ese vino que se ajusta mejor a tu paladar o a tus ganas de ese día. Las opciones son muchas y seguro encontrarás algo que sea ideal para vos.

Ahora bien, cuando llega el turno de la comida la experiencia llega a su punto más elevado.

Te desafiamos a sentarte en una de sus mesas, tomar la carta y elegir en 1 minuto lo que vas a pedir, sin dudar ni un segundo de tu elección.

Creemos que te va a costar hacerlo. Porque hay tantas opciones y todas suenan tan ricas, que vas a querer todo lo que hay en la Pineda.

A comeeeeeer.

Desde tablas de quesos y embutidos, pasando por conservas y olivas de todas las formas, colores y sabores, hasta llegar a los bocadillos que son uno más tentador que el otro, en este colmado de 90 años de vida no faltan sabores, y de los buenos.

Mención aparte para la variedad de jamones: no dudes en consultar con la gente de la Pineda que te va a asesorar para que puedas elegir según el precio y la calidad que estés buscando.

Los productos que se ofrecen no son sólo catalanes. Desde distintos rincones de España llegan también quesos, chorizos, jamones… uno se puede dar un paseo gastronómico por los mejores sabores de estas tierras sin moverse de la silla.

Vamos a ser claros: éste no es un lugar barato. La calidad se paga, pero acá se paga sin exagerar.

Los precios son acordes a lo que se ofrece, y según tu presupuesto, podés disfrutar de un delicioso bocadillo por menos de lo que sale una hamburguesa en una de esas cadenas de comida rápida. Y en un entorno único, al que seguramente le harás más de una foto.

La atención en La Pineda es de destacar: no ha habido ni una sola vez (y eso que ya fuimos unas cuantas veces) en que no nos hayan tratado con cuidado y dedicación.

Tuvimos la suerte de conocer a MARÍA quien supo orientarnos, dentro de la gran variedad de propuestas que tienen, para ayudarnos a elegir lo que mejor va con nuestros gustos y antojos.

Y siempre con una sonrisa y mucha amabilidad. Ese es el broche de oro para una experiencia que no podes dejar pasar si estás en Barcelona.

Tip: en La Pineda no sólo se puede comer, también funciona aún como colmado o almacén. Así que si estás de paso, o preferís montar en tu casa un delicioso pica-pica con los mejores productos, podés pasar y comprar tus embutidos y quesos, como en cualquier charcutería de la ciudad.

Muy cerca de La Pineda podrás descubrir un lugar encantador donde entre otras cosas encontrarás la Basílica de Santa María del Pi. No te pierdas este paseo.

Acá te dejamos los datos para que puedas llegar sin problemas a este imperdible del Gótico:

CHARCUTERIA

LA PINEDA

Carrer del Pi 16, Barrio Gótico

Teléfono 933 02 43 93

Horario:

De lunes a sábados, de 09:00h a 21:30h.

Domingos de 10:00h a 15:00h.

Links: Instagram / Facebook

BASÍLICA DE SANTA MARIA DEL PI 5 (3)

BASÍLICA DE SANTA MARIA DEL PI 5 (3)

El barrio Gótico de Barcelona, entre la Vía Laietana y la famosa Rambla, es el corazón del nacimiento de la ciudad.

Un enreverado recorrido de calles y algunas pequeñas plazas, configuran este barrio tan bonito, en el que hay mucho por descubrir. 

La arquitectura religiosa ha dejado su marca; y es espacialmente el estilo gótico el que marca el paso en este barrio tan especial.

Una de esas iglesias, que son el testimonio del pasado de Barcelona, es la de Santa María del Pi. Rodeada hoy de plazas, que alguna vez supieron ser cementerios, el templo es parte del legado arquitectónico del gótico catalán.

Se construyó a lo largo del siglo XIV, durante el período de mayor expansión y auge de la Corona de Aragón.

El puerto y su actividad comercial habían convertido a Barcelona en una ciudad rica y próspera. Esa misma prosperidad dará impulso a la renovación de la ciudad, y las iglesias no se quedan afuera de esa transformación: se necesitan templos más grandes y más bellos, que puedan acomodar a más feligreses.

Por eso, alrededor de 1320 (no se sabe con exactitud la fecha de inicio de las obras) comenzó la construcción de un templo gótico, donde antes había habido uno románico.

A mediados del siglo, y con medio templo ya levantado, se debieron interrumpir las obras debido a la llegada de la peste negra a la ciudad. Finalmente, en 1391 se colocó la última piedra y la consagración llegaría a mediados del siglo siguiente; siglo en el que también se sumarán el campanario, la sacristía, la capilla del Capítulo y la rectoría.

Pero, dónde empezó todo?

A pesar de la falta de evidencias documentales, se suele creer que ya en el siglo V d.C. en el lugar donde hoy nos encontramos con el templo gótico, había una pequeña iglesia o construcción, fuera de las antiguas murallas romanas que delimitaban a la ciudad por aquellos tiempos.

Al parecer, alrededor de esta construcción inicial se desarrolló un asentamiento que llegó a ser conocido más adelante como Vila Nova del Pi: uno de los suburbios de aquella antigua Barcelona, que unos ocho siglos más tarde se incorporaría a la ciudad con la expansión de las murallas.

Ahora, si nos ajustamos a la documentación, la primer referencia sobre Santa María del Pi es del año 987, cuando hay referencias de una pequeña iglesia de estilo románico con tres altares, al menos.

Será, como contamos antes, en el siglo XIV cuando llegará la gran renovación gótica a este templo.

Testigo del pasado

Santa María del Pi, con sus más de 600 años, ha sido testigo de los sucesos históricos que han marcado la vida de Barcelona y de España. 

Terremotos, bombardeos, sitios, incendios… sí, ha sobrevivido a mucho. 

La iglesia ha sido parte de la defensa de la ciudad y sus campanas tañeron con fuerza para arengar al pueblo en conflictos armados, no sin sufrir daños en su estructura y pérdida de su patrimonio artístico.

Uno de los sucesos más devastadores fue el ocurrido en el contexto de la Guerra Civil Española, en el año 1936. El incendio, llevado adelante por grupos anticlericales, consumió el Altar Mayor, la sillería, portales, capillas y el Órgano Mayor, entre otras estructuras. Y el rosetón, uno de los más grandes de Europa con casi 10 metros de diámetro, estalló debido al calor.

Fue el esfuerzo de la comunidad el que logró darle vida nuevamente a este templo, para que pueda seguir siendo parte y testimonio de la historia de esta maravillosa ciudad.

¿Por qué Santa María del Pi?

Un elemento infaltable de la plaza de Santa María del Pi es el pino. Porque, digámoslo de una vez, “pi” en catalán significa “pino”.

La tradición popular cuenta que un marinero encontró la imagen de la virgen en la copa de un árbol como este. Se construyó, entonces, una pequeña capilla que, con el tiempo, evolucionó hasta la iglesia que tenemos hoy.

Es claro que el que hoy se alza en la plaza no es el pino original. A su muerte, se reemplazó con uno nuevo, como recuerdo de aquel donde se produjo el milagro.

Se cuenta, incluso, que el pino original seguía existiendo en épocas de la invasión francesa, a principios del siglo XIX, pero que murió víctima de una ataque de bayoneta de un soldado napoleónico.

El pino siguió siendo sustituído cada vez que fue necesario. El que hoy se alza en la plaza es parte de tan larga tradición desde 1985.

Un paseo bohemio

No sólo es preciosa la iglesia: su entorno no se queda atrás. 

Las tres pequeñas plazas que la rodean se llenan de vida, especialmente los fines de semana. 

Terrazas de bares y cafeterías a rebosar de gente, artistas callejeros que comparten su música y talento y, siempre ubicados en la Plaza de Sant Josep Oriol, pintores locales que venden sus obras, muchas de ellas retratando a Barcelona y sus rincones.

También, en la plaza a la que da la fachada principal de la iglesia, suele tener lugar una feria de productos artesanales llevada adelante por el Colectivo de Artesanos de la Alimentación.

Todos los sábados y domingos y el primer y tercer viernes de cada mes, podrás encontrarlos ofreciendo quesos, miel y sus derivados, yogures, patés, embutidos, caramelos, especias, jaleas, aceitunas, galletas, dulces, vinos y más. 

Barcelona tiene muchos rincones por descubrir y siempre decimos que lo mejor es dejarse llevar y perderse por la ciudad. No hay mejor manera de conocerla.

Pero si estás en el Gótico, no te pierdas la oportunidad de conocer a Santa María del Pi: un rincón donde se conjugan el arte, la historia y la bohemia, siempre bajo la sombra de un pino legendario.

Si querés visitar la iglesia por dentro, te dejamos este link para que puedas ver horarios y precios.

Fuentes:

Basílica del Pi

Barcelona Turistic

Barcelona.cat

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