Sentados desde las escalinatas del Edificio de Correos (tal vez saboreando un delicioso sándwich de Bo de B), no va a dejar de llamarles la atención una escultura de formas raras y llena de color, conocida como “La Cabeza de Barcelona” o “La Cara de Barcelona”.
Se realiza entre 1991 y 1992, años claves de la transformación que vive la ciudad con la llegada de los Juegos Olímpicos.
En ese período, «Barna» se llenará de nuevas obras de arte, y una de ellas es ésta. Llamativa ella, y grande: mide unos 15mts de alto aproximadamente, por unos 6mts de ancho. Y es una versión a escala reducida de una de las cabezas creadas por el artista norteamericano Roy Lichtenstein, en una serie llamada “Brushstrokes” o Pinceladas.
En este caso en particular, con su lenguaje inscrito en el Pop Art, “Cap de Barcelona” homenajea al gran artista catalán, Antoni Gaudí.
Qué elementos lo demuestran?
El impacto cromático, los puntos rojos en relieve y el revestimiento cerámico a modo de trencadís, esa técnica tan usada por los modernistas, y muy destacada en la obra del creador de la Sagrada Familia o Parc Güell.
Sobre el Passeig Colom, a metros del Moll de la Fusta, y en medio de la circulación del tráfico de Barcelona, es imposible no toparse con ella y admirarla.
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