Hoy, nos vinimos a pasear por el Parc de la Ciutadella: “el” espacio verde” en el casco antiguo de Barcelona.
Si estás recorriendo el barrio del Born, a sólo 5 minutos te podrás encontrar con este parque que no es sólo una escapada “verde” para los que viven en la ciudad: también guarda arquitectura modernista, una fuente en la que participó en su diseño Gaudí y mucha historia.
Empecemos por el principio: ¿por qué se llama Parc de la Ciutadella?
Vale aclarar que Ciutadella significa: Ciudadela. Una fortificación militar.
No es necesario que recorran todo el parque: desde ya les avisamos que acá no hay ninguna ciudadela.
No hoy. Pero sí la hubo.
Un poco de historia
Apenas iniciado el siglo XVIII, justamente en el año 1700, muere el último rey español de la Casa de los Austrias: Carlos II, conocido como “el Hechizado”.
Sin herederos directos (el rey no podía tener hijos), y con muchos intereses de por medio, tuvo lugar la que se llamó Guerra de Sucesión Española: una guerra en la que participaría casi toda Europa para decidir quién sería el dueño del trono español.
Los candidatos: un Borbón, Felipe (francés él); un Austria, Carlos.
La guerra llegará a su fin en 1713 con un vencedor: Felipe, el Borbón, se convierte en el nuevo rey de España.
Pero, si bien la guerra se termina, en Barcelona no pasará lo mismo. La ciudad mantendrá el conflicto, ya que era afín a Carlos, el otro candidato.
Tendrá lugar, entonces, lo que se conoce en historia como el “Sitio de Barcelona”, que duró 14 meses. El resultado: la Ciudad Condal es vencida por las fuerzas militares de Felipe V el 11 de septiembre de 1714. Una fecha muy importante por estas tierras.
Cada 11 de septiembre se celebra, al día de hoy, el Día de Cataluña.
Después de la derrota, las consecuencias serán duras para Barcelona. Felipe V, el rey, decide construir una ciudadela militar con un fin muy claro: controlar a la ciudad. Por eso se derribaron las murallas del sector NE de Barcelona y más de 1200 casas de los vecinos que vivían en ese sector de la ciudad, el llamado barrio de la Ribera.
Ahora, ¿qué pasó con la ciudadela?
Saltamos en el tiempo a 1869. El General Prim, que era gobernador de Barcelona en esos años, entregó la Ciudadela a Barelona con la condición de convertir este espacio en un parque público.
A la ciudad, muy industrializada en esos años, le vino muy bien este espacio verde, en el que se podía respirar.
Es por eso que, para rendirle homenaje, en uno de los ingresos a la Ciutadella se puede ver la escultura llamada “Barcelona a Prim”, donde se retrata la figura ecuestre del General.
Un dato de color: esta escultura no es la original, que se destruyó en 1936, al inicio de la Guerra Civil Española. La que hoy da la bienvenida al parque es una reproducción hecha por Frederic Marés, reconocido escultor y coleccionista, a finales de los 40.
De paseo por el Parc de la Ciutadella
El trazado original del Parc de la Ciutadella es de Josep Fontseré, el mismo arquitecto que diseñó el Arco de Triunfo. Fue diseñado en 1872, pero a lo largo de los siguientes años sufrió algunas modificaciones, para adaptar mejor su espacio a nuevas funciones y usos.
Los primeros cambios llegaron para 1888, año en que la Exposición Universal elige a Barcelona como sede y el parque se convierte en el espacio central de este gran evento.
La segunda transformación tendrá lugar con la llegada del Zoo a la ciudad, que ocupará parte de los terrenos del parque.
De hecho, la Expo Universal será tan importante, que al día de hoy el parque conserva cuatro de los edificios que se levantaron en aquellos años.
El más antiguo, de 1879, se levantó durante las obras del parque, y estaba dentro del proyecto original de Fontserè. Hablamos del Museo Martorell de Geología, de estilo neoclásico del arquitecto Rovira i Trias. Hoy forma parte del Museo de Ciencias de Barcelona
Más tarde, con la llegada de la famosa Expo, se construyeron más edificios de los que conservamos estos tres:
- El “Castillo de los Tres Dragones” del famoso arquitecto modernista Domènech i Montaner y una de las construcciones más emblemáticas del parque. Iba a ser el restaurante durante la Exposición Universal, pero nunca cumplió tal función. Hoy es el Museo de Zoología de la ciudad.
- El Umbráculo, diseñado también por Fontserè, de 1883, que protege especies subtropicales.
- El Invernadero, de hierro y cristal, de Josep Amargós (1884).
Y si hablamos de edificios, no podemos ignorar estos otros tres y que son los más antiguos de todo el parque, porque son los únicos tres que han sobrevivido de la Ciudadela original:
- La Capilla Castrense, que hoy sigue siendo parroquia castrense de Barcelona.
- El Palacio del Gobernador, hoy sede de una escuela secundaria.
- El Arsenal, sede hoy del Parlamento de Cataluña.
Mucho más por descubrir, la Cascada Monumental
Uno de los elementos que no te podes perder si venís a visitar el parque es la Cascada Monumental. Sin dudas es uno de los atractivos más buscados del parque y un rincón ideal para tomar muchas fotografías.
Fue diseñada por el mismo Fonteserè que en aquellos tiempos tenía como colaborador a un joven Antoni Gaudí. Por eso, se cree que se pueden ver trazos de su trabajo y diseño en algunos elementos de la fuente, como en las rocallas de la cascada y en algunos detalles decorativos.
La Cascada se inauguró en 1881 aunque no estaba terminada en su totalidad, y ha recibido el aporte de muchos escultores de finales del siglo XIX. Muchas de esas esculturas se colocaron incluso luego de la inauguración.
Entre figuras de faunos, grifos, angelotes y hasta Anfitrite y Neptuno se destacan especialmente dos grupos escultóricos. Uno, en el centro, es el “Nacimiento de Venus”, diseñado por el artista Venanci Vallmitjana y ejecutado por Eduard Alentorn. Realizado en mármol blanco, representa a la diosa Venus naciendo de una concha marina y rodeada de náyades. El grupo se apoya sobre unas rocas irregulares, de las cuales surge el primer surtidor de la cascada.
Más abajo, como tirando de un carro imaginario, hay cuatro caballos marinos.
El segundo grupo corresponde a la “Cuadriga de la Aurora” que corona todo el monumento.
Realizada en hierro fundido y bañada en oro, fue el último elemento en incorporarse a la cascada en 1888. Obra de Rossend Nobas, pesa 30 toneladas y es una alegoría de la Aurora, que en una cuadriga tirada por cuatro caballos y alzando una antorcha en su mano derecha, simboliza la luz con la que ilumina al mundo cada mañana.
La Cascada Monumental es también parte de las Fiesta de la Mercè que tienen lugar cada septiembre, generalmente con algún espectáculo de luces, sonido y aguas danzantes.
Siempre rodeada de artistas y músicos, es uno de los elementos más buscados y fotografiados de todo el parque. Y vale la pena subir a su segundo nivel, para disfrutar de unas lindas vistas.
Muy cerca de la Cascada se encuentra la que era conocida como “Glorieta de los Músicos”, un espacio que se convierte en escenario musical cada Fiesta de la Mercè.
En el año 2013 se le cambió el nombre por el de “Glorieta de la Transexual Sonia”, en homenaje a Sonia Rescalvo, transexual asesinada brutalmente en 1991 en ese sitio, por un grupo de neonazis.
Su asesinato se considera el “primer crimen de una transexual por el mero hecho de serlo, del que se tiene información y constancia en España» y se convirtió en un punto de inflexión en el trato de crímenes de odio y discriminación en la ciudad.
El Parc de la Ciutadella, como tal, ofrece espacio de ocio, de juego para niños, gran variedad de árboles, algunos de ellos centenarios, más de 100 especies de aves y un lago artificial con patos, tortugas y peces y donde, además, se pueden alquilar botes para dar un paseo.
Tampoco faltan las esculturas. Son muchas y de diversos artistas catalanes.
Pero hay dos que son bien icónicas. Una es ”La dama del Paraguas” de Joan Roig Soler, responsable de la figura femenina que le da nombre a la obra (la estructura de la fuente fue obra del famoso Fontserè). Consiste en una fuente escultórica cuya protagonista es una dama vestida con un traje de época (la obra es del 1884), que sostiene un paraguas en su mano izquierda, mientras que con la derecha comprueba si aún llueve. Lo curioso es que el agua cae por las varillas del paraguas, lo que le da vida al conjunto.
Si bien en su momento no fue del agrado general, con los años se terminó convirtiendo en un símbolo de Barcelona. Formó parte de las instalaciones de la Expo Universal y, con la llegada del Zoo, quedó en su predio.
Pero si hay una escultura particular es la del Mamut de piedra: única reproducción a tamaño natural de este animal ya desaparecido. Se instaló en 1907, y era parte de un proyecto, iniciado por naturalistas, en el que se iban a recrear las figuras de 12 animales que habían poblado Catalunya (7 dinosaurios, 4 mamíferos y 1 ave), y que estaban ya extinguidos.
El proyecto no prosperó y quedó solo la figura del mamut. Sin duda, es la favorita de los niños que llegan al parque.
El Parc de la Ciutadella es hoy el gran espacio verde del casco antiguo de la ciudad.
Pero más allá de su valor artístico, de su historia y de sus atractivos es, sobre todas las cosas, un espacio en que se puede venir a disfrutar en familia o con amigos: ideal para jugar con niños, caminar o practicar algún deporte. O simplemente descansar bajo la sombra de un árbol.
Seguramente después de semejante paseo tendrás un poco de hambre, entonces no te pierdas la oportunidad de probar los croissants de Hoffman que está cerca del parque.
Fuentes:
http://www.ub.edu/geocrit/ciutadella.htm#PASSEIG
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